Como sucede en casi todas las transnmigraciones, los sujetos pierden algo y ganan algo; Cuba no ha sido la excepción de la regla, más aún cuando la migración es forzada, cuando hay que unirse por un bien mayor para salvaguardar aunque sea un pequeño porcentaje de raíz.
Los Orishas que hoy todos conocemos y denominamos “Orishas del Panteón Yoruba” no son más que aquellos pocos que pudieron viajar en el pensamiento de sus adoradores; se fundieron sin siquiera saberse cómo unos con otros, y de seguro el 70% de los Orishas de nuestro Panteón no vienen de tierra Yoruba, sino de todas las naciones que conformaban el África Subsahariana, cometiendose incluso el error de tener Orishas dobles; es decir tener dos receptáculos que contienen la misma fuerza vital de un solo Orisha que adquirió un nombre distinto en cada tierra en que se adoró. Naná Burukú y Nanú son un ejemplo más que claro de estas cosas, que lamentablemente sucedieron cuando cada Rama o Casa de Santo tomó prestamismos de la otra; esto ya sucedía en África, pero ellos, los negros, sabían de sobra que aunque el Dios de allá era semejante al de acá, no eran lo mismo ni se escribía igual.
El caso que nos ocupa, en este particular, es Yemayá y Yembo, dos Orishas idénticas a las que hoy manos inescrupulosas han tratado de diferenciar e incluso entregar dos receptáculos, uno es Yemayá, Orisa del río Ondo y Yembo, que es la calma del mar. Para entender el por qué son la misma cosa y el por qué se unieron hay que hacer historia.
Yemayá deviene de (Iyamoayé) que es Madre del Mundo, ¿ de qué mundo? Pues del mundo Oyó. La historia de Oyó unica, que Oranmiyán se desposó con una princesa Tapa llamada Tapkin, a la cual los Oyó nombraron Iyamase “Madre del Reino”, de cual matrimonio nació Shangó, quien ayudado por Iyamase derroca a su hermano “Daddá”, explica el por qué hoy en las casas Oyó, Yemayá y Shangó comen juntos, regla aceptada por los Egbas y se verá el por qué. Iyamase jugó un rol político a la altura de los grandes reyes, adivinó con el Ópkuele, viajó a Ilé Ifé para que Shangó se iniciara en el culto a Ifá y creó el método del Erindilogún entre otras hazañas; es por ello que come lo mismo que Shangó y tampoco se le da palomas en Oyó ya que a Shangó no se le ofrecen, ella es Madre, Mujer, Reina con corona propia, estadista, adivinadora y guerrera. Su muerte marcó durante años la veneración y deificación de las mujeres en Oyó, sin duda alguna, ella fue la primera mujer en Oyó que al morir pudo entrar en el Panteón con un título muy superior al de todos los reyes anteriores. En los itá de hoy en día esto se ve, pues habla primero que Shangó y que Aggayú, se corona en pilón y aunque sea Osha de cabecera no come sola, siempre lo hace con Shangó.
Los mitos Oyó son muy bonitos, pero hay una pieza que falta, según la tradición nuestra, Yemayá se venera en el mar y allá es un gran río el que alberga la espiritualidad de la Diosa. ¿Locuras de los antiguos? ¿Inventos sin sentido? Pues no.
Acto seguido escuchemos atentamente el por qué Yemayá, la nuestra,es Egbadó, argumentos que surgen de investigaciones que hablan que su culto, al igual que el de Olokun es de Origen Egba.
Si para los Oyó, Yemayá es la madre del mundo, porque parió a su rey supremo, sin duda, Shangó; para los Egbas Yembo es la madre de la humanidad, porque fue la primera mujer que dio a luz a todos los Orishas.
Cuando el mundo estaba hecho, Olofin, envió a Yembo para que portara en su vientre la semilla de la vida, Yembo parió, salieron muchos hijos, estos hijos eran los Imalé, Irunmoles, Oshas y Orishas. Para los egbas, el padre de todos es Olofin y la madre de todos Yembo.
Yembo al paso de los años también fue deificada, pero se encerraba un misterio, ella para poder cuidar de sus hijos en la tierra pidió a Olodumare que la enviara de nuevo, este se negó; pero al ver su llanto sentenció “Una vez bajaste a la tierra como madre y hoy tu espíritu volverá para cuidar nuevamente de tus hijos y de los hijos de tus hijos, serás la luz de la luna que alumbrará el camino de todos y las lágrimas que has derramado por ellos serán convertidas en lluvia, cada vez que nazcan tus hijos, el agua será lanzada, representando que tú eres la gran madre”. Esa agua lanzada que se dice en Oyó es agganá, en Oyó no se hace, ese ritual es de los Egbas y se realiza antes de lanzar el diloggún del lavatorio, como recordación de que ese Osha no nace de nadie, sino de Yembo. Como bien dijimos Yembo vuelve a la tierra no como un mortal, sino como un espíritu, al que llamamos Naná Burukú; cabe señalar que Naná no es abuela de ningún Orisha, ella es abuela de nosotros, porque nosotros somos hijos de un Orisha, por tanto, somos sus nietos, y ella viene al iguoro para fortalecerle la cabeza a sus nietos.
Los dilogunes que parió Yembo, son los Orishas; es decir; en Oyó solo hay un diloggún, el de Shangó, y en Egbadó cada Orisha tiene su propio diloggún.
El culto a Yembo en Egbadó no se hace en un río, sino en el mar, muy similar al culto de Olokun, aunque esto puede cambiar en otras regiones. Los Egbadó siempre han mirado el mar como su elemento de poder, con lo cual Yembo es esa inmensidad del mar. El culto a Naná Burukú entre los Arará y los Egbas es muy discutido, para los primeros es la Orisa de las aguas dulces y para los segundos es luna y lluvia; sin embargo cabe señalar que en Egbadó Oshún, Yewá, Obba, Oyá, Olosa, Olona etc... han nacido en el mar y hay patakíes que lo avalan. Debemos recordar que los Africanos nunca despreciaron los Dioses de las regiones que conquistaban o visitaban; es más, aumentaban el panteón relacionando unos con otros, muestra de ello en la historia documentada que existe del reino Yoruba, muchos dioses del Egipto viajaron con el Rey Yoruba y este los incorporó a su panteón, como se dice son Odduduwa, Ogbón, Ahoman, Aggeday etc...
Resumiendo un poco la historia, podemos decir categóricamente que Yemayá, Yembo y Naná Burukú son la misma cosa; pero el que sean lo mismo no quiere decir que su culto o asociación sea la misma; Naná Burukú es el espíritu de Yembo, sin embargo yembo y Yemayá sí son lo mismo. Para establecer un ejemplo podemos decir que Yembo es el Irunmole y su espíritu Osha es naná Burukú, la misma relación se guarda en Eshu y Elleguá, que de tan similares son uno a la vez.
Cuando la ciudad fortificada de Abeokutá albergó a las muy diversas creencias del Yorubaland comenzaron las asociaciones y los prestamismos que hoy aún experimentamos; La madre del Oyó es Yemayá, ya sabemos la historia, los Egbas asocian Yemayá con Yembo porque las características eran idénticas, pero los Egbas, sin embargo le achacaban a Yembo un poder aún más grande; cosa que los Oyó aceptaron y enriquecieron su culto.
La llegada a Cuba no fue muy fácil, los Egbas siguieron llamando Yembo a Yembo y los Oyó Yemayá a Yemayá; pero el ritual cambió significativamente cuando ya Yemayá comenzó a vivir bajo la forma Egbadó de Yembo y juntos comenzaron su culto en el mar; que es el “agua más grande” y de ahí surgen los prestamismos entre unos y otros, enriqueciéndose y retroalimentándose de la sabiduría. Lo que expreso es lo siguiente; lo que tenemos en nuestra sopera es Yembo y no Yemayá, aunque muchos de sus rituales son los de Yemayá; si usted recibe Yembo, sepa que le darán lo mismo que tiene en su sopera, solo que con 4 otás o 7 y sin herramientas, que comerá gallina, paloma, pato y guineo, porque en Egbadó es lo que come Yemayá, pero fuera de eso no sucede nada; usted le puede dar a su sopera gallinas, palomas, pato y guineo, siempre y cuando usted sepa que Shangó en ese momento no pinta nada. Muchos tratados y libros hablan de lo que Yemayá come y siempre ponen “gallo, gallina, algunas casas palomas, cerdo, guineo, pato, ganso, venado etc..”
Para mejor comprensión expreso lo que tenemos de Egba y lo que tenemos de Oyó en nuestro ceremonial; sabiendo siempre que tanto para Oyó como para Egbas Yembo y Yemayá son lo mismo, pero con cultos distintos; a un Egbadó usted le habla de Yemayá y entiende perfectamente y aseguran que es madre de Shangó igual, lo único que su rito cambia un poco, veamos:
EGBADÓ
Come sola
Su veneración es en el mar
Come chivo, chiva, gallina, Guinea y pato
OYÓ
Come con Shangó
Su veneración es el río
Come carnero, gallo, pato y Guinea.
Egba: No posee caminos por cuanto es principio de todo y su espíritu se llama Naná Burukú
Oyò: Posee caminos y en todos nace en el río o se adora en uno.
Su color es blanco y azul Su color es agua y azul (mas los propios del camino)
Oyó: Lleva 7 otá , Egba:Lleva 4 otá (según algunas casas)
Como hemos visto es un mismo Orisha con un culto visto desde dos ángulos; no hemos puesto aquí Ifá, ni los Arará.
Sobre Naná Burukú se hablará en otro momento, ya que Yembo para los Ifé es el equivalente de Orishanlá o Yemú, que es más de la corriente de Obbatalá, al igual que para algunos Oyó, quedando así.
Egba dado: YEMBO
Oyó: Yemaya
Ifé: más relacionada con Yemu
Arara: sería más relacionada con Lisa o incluso Afreké
CEREMONIAS
Lo primero que se debe hacer es entregarle Olokun a quien va a coronar este Orisha, luego y con tiempo suficiente se va al mar y se consagra el pilón colocando este en la unión de la arena y el mar y allí se le sacrifica un pato que luego se utiliza para su lerí junto con un poco de ashé lerí para introducirlo en el pilón del Sodo Orisha.
La otra consagración se realiza también en el mar, llevando un plato blanco con siete rayas azules dibujadas, y entre círculo y círculo uno de arena, el espacio central se utiliza para pintar el osun lerí de Yemayá y sobre este una igba de agua de mar. Se da a todo eso un gallo desde la cabeza de la persona, se envuelve el plato junto con el cuerpo del gallo ( al que se le extrajo el corazón para el ashé lerí junto con la lerí) en tela azul y se rompe en la costa. Este es el pacto que se hace para que Yemayá sepa que ella va a ir a una cabeza.
ATRIBUTOS:
- 2 Irukes.
- Abanico.
- Corona.
- Máscara.
- Y las herramientas correspondientes. (sol, luna, estrella,
ancla, bote, salvavidas, siete remos, siete manillas, 1 timón de barco y una llave)
EN NIGERIA ASEVERAN QUE YEMAYA ES MADRE DE OLOKUN Y NO AL REVÉS COMO SE CREE AQUÍ.
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