Hace unos cuantos años proyectaron en la televisión y cines de todo el mundo un filme de terror llamado “El Espantapájaros” y un tiempo después “Los Niños del Maíz”. Para los que no vieron o no recuerdan el filme, este trata sobre un espantapájaros que en la noche deambula asesinando a todo el que camine entre los campos de trigo. No sé si algún iguoro vio el guión y le resultó atractivo; el caso es que mezclaron fantasía con religión.
Korokoto o Kerekete, como le quieran decir, pues ya he explicado que en cada lugar le ponen un nombre es “hijo” de Korikoto y Orishaoko, a quien ayuda como guardián de sus cultivos que este mantiene, es él y no Orishaoko el que vive en la noche y la oscuridad; pero sea este o su padre los que guardan el poderoso secreto del ñame su simbología jamás es la de un muñeco con forma de espantapájaros.
Este Orisha ha pasado tanto de boca en boca y de sabiendo en sabiondo que lo mismo unos hablan de un espantapájaros, de un muerto y los que desean zanjar el problema dicen que no existe y que es Korikoto la única deidad que es verídica. Respeto todas las opiniones y entiendo que algunas, como la corriente negacionista poseen motivos, en parte debido a la similitud de los nombres de madre e hijo.
Korokoto no es un Orisha difícil, ni posee cualidades tan sobrenaturales, y con esto no estoy despreciando al Orisha, sino haciendo más fácil su comprensión: Korokoto no es más que el Guardián de Orishaoko y quien vela por este; para ello posee un “sexto sentido” de protección y es por ello que en las noches apresa dando muerte a todo el que intente hurtar los productos.
Korokoto o Kerekete para algunos lleva dilogún y para otros no; las dos versiones son fiables porque si bien en África Orishaoko no lleva diloggún, en Cuba sí y Korokoto al ser un complemento no debería llevar estos. Sea cual sea el caso este Orisha vive en Orishaoko.
CEREMONIAS:
1 tinajita mitad roja y blanca o roja entera. 7 caracoles de tirabuzón.
2 narigones de buey.
1 otá mediana.
Este Orisha come lo mismo de Orishaoko y como decimos en estos tiempos es su “secreto”.