Por: Gabriel González Acosta i Cabanes
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Aggayú es el Orisha del volcán, del sol, quinto Alaáfin de Oyó y cuarto si entendemos que su padre recuperó el trono. Es hijo de Ayaka y para recordar esto expongo nuevamente la lista de los Reyes de Oyó:
1o Oranmiyán hijo de Odduduwa casado con Torosi (Iyamase) hija del Rey de Tapa llamado Elempé. ( año1400)
2o Ayaka quien fue derrocado por Iyamase y su medio hermano Shangó. Se refugió en otro pueblo donde le conocieron como Daddá.
3o Shangó.
4o* Restitución de Ayaka (Daddá)
5o Aggayú, hijo de Ayaka, nieto de Oranmiyán y sobrino de Shangó.
6o Kori
7o Oluaso
8o Onigboni (año 1500)
9o Ofirín
10o Eguguojo
11o Orompoto
12o Abipá (año 1600)
13o Obbalokun
14o Oluoddo
15o Ayagbo
16o Oddarawu
17o Kanrán
18o Jayín
19o Ayibbi
20o Osiyago
21o Ojigi (año 1708-1730)
22o Gberu (año 1730-1746)
23o Amuniwaye (año 1746)
24o Onisilé (año 1746-1754)
25o Labisi (año 1754)
26o Awonbiojú (año 1754)
27o Agboulaje (año 1754)
28o Abiodún (año 1754-1770)
29o Awole Arogangán (año 1789-1796) 30o Adebo (año 1796-1797)
31o Makua (año 1797)
(Año 1797-1802) VACANTE
32o Majotu (año 1802-1830)
33o Amodo (año 1830-1833)
34o Oluewu (año 1833-1835)
35o Atibba Atobbatele (año 1837-1859)
36o Addelu (año 1859-1875)
37o Adeyemi Alowolodu (año 1876-1888)
38o Adeyemi Alowolodu *como vasayo británico (año 1888- 1905)
Aggayú es por tanto sobrino de Shangó, nieto de Oranmiyán y padre de Kori, un Orisha que hoy no se recibe porque ni allá saben a ciencia cierta cómo venerarlo.
Aggá significa: expansión, todo, alcanzar... esto se traduciría en que Aggayú es “Todo lo que se alcanza a ver” porque al ser este el sol, no hay nada que escape a su vista. Él ve de lejos con su gran ojo que es el sol. Orisha que en África no es el volcán, sino el degollador o ejecutor. Se dice que bajo su mandato las leyes se llevaban a cabo de una forma muy drástica y hasta cierto punto cruel.
Llegados a este punto entenderemos el por qué el volcán es su representación; porque este es colérico, grande, poderoso y cuando se enoja arrasa todo a su paso.
Junto a Oshún domina el río; donde se refresca y por ello es que una de las variantes de su iniciación es con Oro-Oshún.
Uno de los títulos de Aggayú es Ayalá, quien esculpió la cabeza; pero posterior a esto tuvo que venir Obbatalá, ya que la tarea encomendada a Aggayú no fue productiva. Las armas que posee son las mismas que pasaban de Alaáfin a Alaáfin; son el escudo de armas simbólico del Estado de Oyó.
Aggayú es el bastón de Obbatalá y de Oshún, (baston metaforicamente hablando puesto que ningun Orisha es baston de ningun otro) esto está dado porque en él se dirimen los poderes terranales; recordemos que es padre de Addakedayo, la Justicia Divina, y por ello es que sobre él reposa la ejecución del poder de Obbatalá y Oshún.
Nace en Eyilá y Eyorozun, por tanto ayuda a aplacar al igual que Ainá las candelas y disputas entre los iguoros. Nicolás Valentín Angarica nos comenta que Aggayú es quien quita el bochorno de las consagraciones que hayan quedado mal hechas; esto es pura realidad. Vamos a entender que Aggayú no actúa con crueldad cuando se trata de evitar una disputa castigando a unos y a otros, sino mediando y evitando el bochorno que nace en Eyilá y la candela que nace en Eyorozun.
Los que tienen mayor conocimiento del diloggún dirán entonces que si el se hace presente en Eyilá y Eyorozun “¿porqué su cazuela se marca con el 99, que es Osá Melli?” Usted tiene toda la razón del mundo al cuestionarse esto; pero no es tan complejo. Osá pare directamente a Oggundá que es donde nace la tragedia, que es lo que evita Aggayú “Bochorno y tragedia” y por si fuese poco todos los Orishas extranjeros fueron marcados con este oddun y de allí que él y Oyá sean un mismo corazón; porque recordemos que Ayaka una vez llegado al trono agredió Takúa, donde se dice que había habitado en su exilio y por eso es que Aggayú es también Orisha del desierto.
Sea cual sea el caso la explicación que aún poseemos es la anterior; pero si hay un Oddun donde Aggayú se manifiesta como principio creador (el sol) es en Okana. Debo explicar que Olorun se representa por los rayos del sol en clara simbología de la emanación de que todo esta cubierto y guardado celosamente por Olorun, principio y fin de la existencia, pero quien dio ese fuego para que Olorun pudiese ver dia y noche fue Aggayú.
Todo lo que brilla en el cielo es de Aggayú; porque esa estrellita que brilla, ese cometa que se enciende y donde también Shangó está presente es obra de Aggayú. Aquí está otro punto para que no haya confusión en las competencias: “Todos los Reyes de Oyó se representan en cada estrellita del firmamento”; por eso es que se dice que Shangó al morir fue al cielo y se convirtió en Irawo (estrella) y está allí y no baja nunca. Esta es una tradición aún hoy respetada en Nigeria.
Aggayú otorgó ese fuego a cada cosa del firmamento, porque ya es sabido que la luna no brilla con luz propia sino que esa luz la aporta el sol y es razón por la que Olorun ve y guarda todo de día y de noche; lo bueno que se hace en el día y lo malo que se hace en la noche. Hay siempre personas de poco cerebro que dicen que lo malo se hace de noche o que hasta las inmoralidades del hombre se hacen de noche porque así Olofin no ve nada. Muchos sacerdotes de nuestra religión hablan de que en la noche se puede violar el sacerdocio... Yo le digo a todos esos que el sacerdocio y el ser humano es uno de día y de noche y los horarios no son excusa, porque Olorun cuando usted se muera le va a saber hasta lo que usted hacía a las tres de la mañana debajo de un búnker bajo la tierra. Entonces le digo a los Iguoros, que dejemos un poco el volcán porque si fuese por eso, en Cuba Aggayú no existiria y centrémonos en el Sol, el firmamento y los “Eyo” que arrastramos que es donde Aggayú se hace presente.
Cuando dije más arriba que Aggayú era el ejecutor, es precisamente porque mediante ese brillo se ve todo lo que deba ser ejecutado; lo bueno y lo malo de este mundo.
Con Aggayú se dice que vive Oroiña que es la lava del volcán, pero esta lo mismo vive con los omó Oggún en su caldero de hierro que con Aggayú enterrada en la tierra, y sobre él vive Araiña que no es más que la lava del volcán y está representada con una jícara de nueve trenzas de colores o doce y es su corona. Otros dicen que Araiña no es más que la sombra de su padre Ayaka (Daddá) y por ello adquiere la misma forma. Pero debo decir que Araiña no es Daddá.
Aggayú lleva su Oggé y esto es símbolo de su fertilidad y de que tuvo hijos; pero también es donde esconde las medicinas y secretos de su poder.
Aggayú hay quien lo hace directo y hoy sin conocer bien al Orisha se pelean porque se hace así o asao y esto no tiene por qué ser así, pues sabido es que en Nigeria todos los Orishas se consagran de forma directa.
Yo le digo a todos los iguoros que si van a hacerlo con Oro lo hagan a través de Oshún, porque como ya dijimos él y Oyá son un mismo corazón y si usted corona con Oro Shangó este pacto se rompe, porque lo Oní Shangó no entregan Oyá
CEREMONIA:
Si se va a realizar el asiento ya sea directo o con oro hay que llevar al neófito a las nueve posiciones donde este Orisha se manifiesta: pozo, ceiba, muralla, casa en ruinas, Jagüey o Álamo, árbol seco, loma, cementerio y río. En cada uno de esos lugares hay que dar una etú (guineo).
El día del río se va al monte y se hace un hoyo y se prende en él una hoguera. El neófito debe saltar por sobre el fuego y una vez cruzado este fuego se da un gallo que se deja allí a menester de las llamas, algunos dicen que este pacto es con Oroiña.
Ahora bien, tanto para aquellos que lo reciben como para los que coronan existen las siguientes ceremonias:
Se llevan las herramientas al río atadas por un cordel, se entierran en la riviera del río y allí se da el primer coco a Aggayú; si está conforme se meten las herramientas en una lata con agua y ewes del río y se llevan para la casa donde se colocan en el caño. Al día siguiente se le vuelve a dar coco y si da ocana se le da una etú; con esa agua y ewes de río se hace el Ozain.
Una vez terminado el lavatorio se realiza la llamada y esta se hace formando en el suelo el osun: r,b,r,b,r,b,r,b,r cubierto por una hoja de malanga. Sobre esto se coloca una igba con 9 mechas de algodón embarradas en epó que se encienden mientras se canta llamando a Aggayú; los presentes estarán de rodillas golpeando el suelo con la palma de la mano. Ya casi cuando se esté apagando el fuego se le vierte una mezcla que ya está preparada en una jícara y que es: vino seco y quimbombo bien batido. Se cubre la igba y se manda al techo para que el sol sea testigo que hay un Aggayú en la casa y dé su bendición.
Las herramientas de Aggayú son:
1 otá grande de pico.
1 otá grande negra achatada que es Oroiña.
1 otá alargada negra que es Araiña.
1 bastón que es Ahomán.
1 o 2 oggé que se cargan con todo lo de Aggayú más tierras de las posiciones.
9 herramientas de hierro, que no son más que adicionar las seis de Shangó a las tres que ya vienen en las herramientas de Aggayú.
Se le inmolan: chivo, gallo, pollo, paloma y guinea, si es de addimú entonces se utiliza solo 1 pollón, 1 paloma y una guinea, aunque hay casas que le ofrendan codornices.
Su collar es multicolor de nueve en nueve de todos los colores que existen, porque el fuego y la luz poseen múltiples colores. Otros lo hacen de 9 carmelitas y 9 aguas seguidas de verde, rojo y amarillo. El caso es que Aggayú lleva todos los colores del firmamento.