jueves, 7 de octubre de 2021

LOS PSEUDO-DIOSES: CONOCER NO ES LO MISMO QUE SABER:

Por: Gabriel González Acosta i Cabanes
Contacto: gabyrichin@gmail.com

Toda vivencia está llena de luces y sombras; de lo que cuenta quien la vivió y quien da a esa vivencia un sentido científico, creando así una conjunción que podemos llamar “historia”.
La historia es un estudio más o menos real sobre el desarrollo de acontecimientos, bajo una base fiable.
La leyenda es: “[...] una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación de forma oral o escrita. Generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta singularidad.”
Por otra parte están los mitos, que son: “[...] un conjunto de mitos relativamente cohesionados: relatos que forman parte de una determinada religión o cultura. También se les denomina mitos a los discursos, narraciones o expresiones culturales de origen sagrado, y que posteriormente fueron secularizados y tratados como discursos relativos a una cultura, a una época o a una serie de creencias de carácter imaginario”.
Por desgracia a pesar del nivel intelectual que va alcanzando el pueblo religioso, la verdad no se encuentra en la historia o en la antropología, sino en mitos y leyendas; ya no solo de los Orishas, sino de nosotros mismos, los Olorisas ya somos mitos y leyendas vivientes. Decimos que un padrino es fabuloso porque “resuelvo”, estableciendo que el padrinazgo que vivimos viene de África, donde se sabe que no existe palabra para definir a un padrino, porque allá eso no existe, todos son Olorisas... no hay más.
Hemos llegado a establecer mitos y leyendas como reales, cuando solo son eso, mitos y leyendas, por allí no se puede hacer religión. Cuando usted toma en una mano, historia, geografía, antropología y sociología, poniendo en la otra, mitos, leyendas, superticiones y ficción, y une esas dos manos saltarán cosas que decimos “sobran”, lo que queda es lo que hay, es el sentido lógico de la búsqueda de las raices. Increíblemente, a veces la leyenda gana a la historia, pero todo es fabuloso porque hay que confrontar las cosas cara a cara a ver quién es quién, qué se sotiene y qué no.
Debo decir que guiar a un pueblo hacia el abismo es lo que hoy abunda... Es más fácil encontrar cien libros de religión en manos de los iguoros y neófitos que un libro de historia o antropología. El pueblo se está guiando por ciegos que solo quieren el dinero, y digo que el opolopo owó (derecho) está muy bien justificado, pero no enseñar y meter a las personas en un enrredo a coste de sus vidas, lo cual no tiene perdón ni justificación.
El tema que deseaba abordar desde hace muchos años es sobre el saber y el conocer. En el Panteón Yoruba existen 401 dedidades descritas, conozco casi 200 y sé apenas de cincuenta y poco más. ¿Cuál es la diferencia? Sencillo, daré cuatro acepciones de la palabra:
“Hechos o información adquiridos por una persona a través de la experiencia o la educación, la comprensión teórica o práctica de un asunto referente a la realidad.”
“Lo que se adquiere como contenido intelectual relativo a un campo determinado o a la totalidad del universo”.
“Conciencia o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.”
“Representa toda certidumbre cognitiva mensurable según la respuesta a «¿por qué?», «¿cómo?», «¿cuándo?» y «¿dónde?».”
Como pueden ver una cosa es conocer y otra saber, aunque hoy se quiera entender que una cosa es igual a la otra. Un claro ejemplo es: Cuando yo conozco a un Orisha determinado, pero sus caminos, rituales, sacrificios y poderes desconozco en su totalidad. ¡Eso es conocer! Cuando usted me habla de un Orisha y posee todos los requerimientos anteriores entonces el conocer se convierte en un “yo sé”.
Debo aclarar que lo que se sabe hoy de religión es muy poco, porque llegaron primero los mitos y leyendas que la historia y su desarrollo. Por ello es que aún lo que decimos saber es un porcentaje influido de lo que verdaderamente se hace posible; a modo de cono de probabilidades.
Muchos de los Orishas que he abordado en este libro quizá tengan un poder y una forma mucho más profunda de aquella que expreso yo... pero hasta allí se llegó, ni más ni menos. Un ser humano no puede decir que todo líquido blanco sea leche, pero cuando hablamos de un postre sabemos que lleva azúcar y hasta ahí llegamos. Cuando un Olorisa se decide a entregar una deidad debe ante todo consultarla, pero siempre sabiendo un 70% de la realidad que existe con el referido Orisha.
Hoy en día muchas deidades que existen en este Panteón son innovaciones e inventos, porque si bien existen esas deidades nadie ni aquí ni allá ha avalado su entrega; entonces usted está dando algo que ni usted sabe lo que es y lo que usted inventó que era, se cae ante los medios hoy puestos a disposición de todo aquel que quiera aprender de sus raíces.
Aggoiré, las Iyamí Oshorongá, Azabainle... todas deidades que nunca se mencionaron, solo en cánticos y que alguien, bien intencionado o no, decidió rescatar mediante el uso de leyendas y suposiciones. En la religión los que tenían elementos para suponer están Ará Onú y no dejaron nada escrito, e incluso lo poco que se sabe a veces no se corresponde con la realidad, porque si ellos ocultaron su identidad, ¿qué nos hace pensar que no iban a ocultar secretos? Si es que alguno los tuvo.
Nadie puede ya rescatar las religiones griegas, mesopotámicas, egipcias etc... No se puede hacer porque sería inventar según los hallazgos un culto del que se sabe solo la mitad. Decir hoy que una persona es sacerdote de Atenas sería el equivalente a decir que es un fervoroso “fan” de esta cultura, pero el conocimiento para describirse como tal, no lo posee.
En Cuba sucedió lo mismo y hoy más que antes, debido a la era internauta, de espóleo, turismo y migraciones. Si hoy sabemos más que antes, no es porque haya habido nada oculto, sino porque hemos inventado y porque hemos puesto todos, algunos escritos hablando de algo que a veces es lógico y a veces no. Cuando se acaben las 401 deidades buscaremos más y más, para decir que tenemos un poder que en la práctica no existe. Hoy se entregan santos desmembrados; “porque el cerebro de fulano es tal”, “el pie de fulano”, “el ojo de tal cual”... y con esto no estamos haciendo más que escupir en la cara a los ancestros, y digo escupir porque ellos entonces nos dieron los Orishas incompletos y plagados de errores; ahora los que sabemos somos nosotros, ellos sencillamente no sabían nada...
Yo solo alego que antes de usted recibir algo investigue, no en internet, sino que lea de todo y sea lógico, no siga la variante de ponerse en manos del que más años tiene, el más popular y el que más ahijados tiene; la literatura está allí, temas antropológicos, tratados históricos y solo usted sabiendo adéntrese a recibir sus deidades; de lo contrario no haga nada. Obbe hoy te dicen que es un Orisha, un cuchillo no es y jamás fue Orisha y sobre esto he hablado mucho.
Muchas personas hoy en día atacan, desde su desconocimiento, por qué muchos Oriatés o Iguoros no reciben el “Finaguo” o “Pinaldo”, hacen creer que esto viene avalado en un oddun; oddun que a todas luces fue inventado en nuestra Isla, pues ¿cómo puede haber un oddun que hable de este particular y no ser conocido en África ni siquiera por el mismísimo Arabba de Ifé?
Sin ánimos de herir suceptibilidades, basta con que usted tome entre sus manos un manual de Oddun de Ifá o de cualquier pesudo Oriaté, en el que verá aseveraciones, como menos, risibles... “Nace en este oddun la carpa del circo”, ”en este Oddun nacen los dragones”, todo esto sabemos que no pudo salir de África, pues ellos no saben ni lo que es un dragón y no sabían tampoco lo que era un Circo hasta que no fueron ellos las principales atracciones tras la conquista del continente africano. Así mismo se dice que en Okana nace el Para rayos de Shangó, llamado Afeké, es decir; en la escuela nos dicen que el inventor del Para rayos fue Benjamin Franklin, ahora dicen que fue Shangó, es decir que Shangó era Benjamin Franklin, esto lo digo sin mofarme del Orisa del Trueno y Alafin de Oyó, sino mas bien de quienes con evidencias hacen que Osha se convierta en un despropósito.
El cuchillo de Osha es una ceremonia, fíjese Ud. que no se lava diloggún, solo el de Oggún si no se posee previamente. Cabe destacar que en África cualquier iniciado en Osha está facultado para dar alimento a sus Orishas; pero dejemos eso ahí para que no se tilden mis palabras de tradicionalistas. El caso de Cuba no es más que un acomodamiento, como lo son los Orisas y sus consagraciones, adaptaciones motivadas por necesidades, por desconocimiento y en muchas ocasiones por egos muy enfrentados.
Los ensayos en que se habla sobre la división de La Habana dejan estas cosas muy claras para que el lector, desde un punto de vista antropológico pueda entender el por qué en Cuba hay tantos linajes, como formas de hacer las cosas.
El primer cuchillo de Iworo del que se tienen datos fue aquel que ostentó Obbadimeyi, al cual no le reconocieron el asentamiento de Osha que se le realizó en Matanzas, se volvió a coronar en La Habana y en Itá salió la validez de la primera consagración, con lo cual y para no pasar bochorno se mete el famoso cuchillo como distintivo de validación de Osha.
Cabe señalar que en algunas regiones africanas los sacrificios los realizaba un Ashegún u Onishegún, persona destinada a estos menesteres y por regla general omó Oggún. En nuestra isla la posibilidad de preservar esta tradición no se nos hizo fácil, pocos Olúos y contados Onishegún habían llegado, se hizo necesario entonces lavar el caracol de Oggún a muchos Iguoros para que fungiesen como tal.
Ahora bien, según los patakís que se conocen, los más antiguos y casi válidos no hablan de que Oloddumare sentenció que no correría más sangre en la tierra y que nadie estaba facultado para quitar la vida a nada que por él fuese creado, hay un patakí en el cual se habla de todo lo contrario, Oloddumare da al hombre los animales para su sacrificio, excepto a él, pues Oloddumare no come sangre, pues un padre no mata a sus hijos. Tal caso y refiriéndonos al primer patakí, ya nadie podía beber de esa eyé (sangre), mas las divinidades fueron a ver a Oggún, este fabricó un cuchillo y alimentó a las deidades; a los que acusan a Oggún de ser un sanguinario, debo aclararles que ninguna deidad lo es, y este acto de Oggún se identifica más como un acto de compañerismo que de sed de violencia. En fin, Oggún con su cuchillo alimentó a las deidades según estas lo solicitaban, Oloddumare sintió el olor a sangre, y molesto preguntó quién había infringido su sentencia, todos contestaron que Oggun Lokuá (Oggún lo mató), Oloddumare, muy disgustado sentenció a Oggún haciéndolo responsable por toda la sangre que se derramase sobre la tierra. Esta es la razón por la cual en nuestros cantos de sacrificio decimos “Oggún choro choro, eyebbale caro” que sería decir “Oggún va a sacar sangre” y luego de ofrecer esta eyé colocamos el cuchillo en el suelo diciendo “Oggún Lokuá” es decir “Oggún fue el que mató”. Esta historia además de todas las moralejas que se puedan deducir nos explica lógicamente que nosotros no poseemos la capacidad de matar ningún animal para ofrecer alimento a nuestros santos, pero Oggún sí, por tal motivo aquel que use Obbe (cuchillo) debe de tener a Oggún recibido y en esta sí es necesario que sea con cuatro patas, para que el Orisha pueda así sacrificar todos los animales. Es de esperar que si un iguoro no posee Oggún, ¿dónde pondrá el Obbe al final del sacrificio y dirá el Oggún Lokuá?.
Otra situación es que si usted no tuvo Oggún en Lerí entonces no puede hacer sacrificios porque no está iniciada o iniciado en ese Orisa y aunque luego coja el cuchillo de Iguoro ese Orisa nunca tocó su cabeza, nunca estuvo allí su diloggún para consagrarlo a usted y entrar en lerí.
Resumiendo esta primera parte, y avalados por oddun y no por mitos fantásticos debemos decir que los requisitos que impone nuestra religión en la isla según oddun para tal fin solamente sería estar iniciado en este Orisa y nada más, aunque dije anteriormente esto en África ni se conoce y nunca se conoció. Abordando ahora el tema de que el cuchillo ofrece mayoría en Osha; usted debe saber que la mayoría en esta religión la dan los años de Osha y el conocimiento, a cualquiera se le da cuchillo y si no sabe es como si no tuviese nada, porque no sabe ni lo que tiene y las cosas hacen efecto en cabezas preparadas y no en cabezas vacías.
Otra hipótesis dantesca es aquella que alude a que al tener Pinaldo usted está confirmado en Osha. Esta incorrecta hipótesis alude a la Conformación que calcaron los criollos de la Santa Iglesia Católica, fíjese que todos los nombres que damos a nuestras ceremonias son católicas: “Santo”, “Ángel de la Guarda”, “Confirmación”, “Rito”, sin contar lo que metimos a calzador en nuestras ceremonias, como el hecho de estar bautizado para iniciarse. Pero retomando el tema que nos ocupa y basados en esas hipótesis, ¿Un Iguoro sin Finaguo, no está confirmado en Osha, no se le podría realizar Ituto entonces, por lo cual a un Iyawó sin Ebbó de tres meses tampoco le toca ser despedido? Y yo le digo que no hay ni Olúo ni Babalawo ni Iguoro que tenga genitalidad suficiente para agarrar los Orisas de nadie y botarlos así no más en la basura sin antes no refrescar el cuerpo de su poseedor... Usted debe saber que esa confirmación no existe y que usted aunque reniegue hasta la saciedad de su consagración y se vuelva ateo, esa corona que le pusieron ya se guardó en el disco duro de los cielos que se llama Orun, a ese disco nadie lo puede formatear o darle “delete”.
Ahora vamos a hablar de otro tema que cada vez que un iguoro lo menciona se hunde en el limbo del desconocimiento es el siguiente: “Voy a recibir cuchillo para borrar los oddun de Itá”. Primeramente debo desmenuzar esto. Su signo de Itá no es más que aquel lanzado en el lavatorio y ese no lo cambia ni un cuchillo ni un serrucho a motor, sino el santo se podría lavar dos veces y por tanto coronarse dos veces y también ahí si los podríamos botar y volverlos a lavar, porque serían oddun transitorios. Ese Itá Imalé, donde se tira dos veces, cosa única en el globo terraqueo, no es un Itá con todos los elementos de seriedad legitimados, y digo esto, porque hoy hablamos de Oshé ni Logbe, y de Oggunda Fun... y esas barbaridades que damos por ciertas. Orunmila es el único que habla doble, ¿por qué? Porque aunque el Olúo coja la cadena (Opkuele) y la tire contra una pared esta va a dar dos oddun, cuatro chapas en un lado y cuatro chapas en otro; el Iguoro aunque haga el mismo proceso le sale un signo simple y por ese se habla, con lo cual, si usted busca su oddun compuesto y se va por ahí, va mal. Su oddun empieza en el lavatorio y se completa con los oddun que en Itá usted saque por su mano. Igualmente los Iré; que no se deberían sacar por oddun dobles, ya que está descrito que con oddun menores se pide la derecha y con mayores la izquierda; es decir, este sistema está hecho de una forma simple y no binaria. Usted podrá correr por el mundo diciendo que es hija de Irozun Melli, pero realmente usted es hija de Irozun y nada más, el oddun que saca el Oriaté no es más que un aporte de validación a la letra, hablando claro; ver si hay más positividad en Iyawó o más negatividad.
Entonces y para terminar la observación debo destacar que el Finaguo no es más que recibir Oggún con cuatro patas para de esta forma usted estar limpio de homicidio el día de su juicio ante Oloddumare.
Hoy en día, para uno ser Olorisa, debe ser hasta veterinario o biólogo, pues ni siquiera los animales que usamos representativamente existen en África, como es el caso del tigre, que en África no existe; sino el Leopardo. Puestas estas aclaraciones; quédese con lo que tiene y solo reciba de lo que usted sepa, con una base sólida, juzgue, porque solo juzgando se puede llegar a una realidad más o menos veráz.
De por sí, hoy muchos Orishas que se están entregando, los llamados “supervivientes”, como: Oshumare, Ayalá, Orishanlá etc... son reproducciones de los receptáculos que algunos iworos tuvieron alguna vez; es decir, hemos podido ver ¿qué llevan? Y las ceremonias se han tenido que adaptar más o menos a lo que se sabe y a lo que se estudie; entregamos estos Orishas y luego hay quien va a más y dice: “lleva esto” y “lleva aquello” “y se le hace tal cosa y la otra”... en un final uno da lo que es de verdad, lo que estudia y es correcto, sin dar lugar a definiciones que están fundamentadas ni por mitos ni por leyendas; a veces más es menos y menos es más.
Orishas nuevos; y digo nuevos, porque realmente son inventos y por la otra, que en caso de que alguno exista, los secretos no los posee nadie, tal es el caso de: Iyamase, Abbokú (que siempre fue un muñeco y su carga desconocida), Borokoso, Okoró, Laaro, Salako y Talabbi que jamás fueron Orishas sino nombres dados a omó Obbatalá y en Nigeria a niños que nacían con algún defecto, Maselobbi, Ananagú (solo un personaje de un patakí), Idobe, Irawo, Akoiré, Obbamolochún, Iyamoddé, Oloquito, Obbá Lerí, Yeyé Lambá, Azabainle (que no es padre de Azojanu, pues el padre de este es Kohosú, pero como nadie desea leer historia repite como una cotorra lo que el estafador le dice y así luego acaba con sus ahijados viviendo en la gran mentira), Obambí, Aberikuto,Otán Bomí (que de toda la vida fue un nombre de Oshún), Bodoké, Ayétolokun, Abasia y Amasia, Agamí, Kokó Oyá que seguramente viene del canto a Oyá “Ko ko ko Addié kueleumbo moleyá” Lacho, Ela y Ule, Ikoko, Esi, Afí y Aine, Orisha Agganá, Eyá Akarandú, Iyamí Oshorongá entre otros que han comenzado a salir a escena, siendo la mayoría pseudo orishas.