Este Orisha pertenece a las deidades fun fun; tienen una relación muy directa con Obbatalá, pero esto no significa que sea uno de sus componentes.
Para algunos Oyó Agueday es un camino de Obbatalá, para los Egbas reúne en su haber diversas funciones.
Agueday en el cielo era bello, no carecía de dones y era muy admirado por todos, tantas adulaciones lo condujeron a ser engreído y maldiciente; cada vez que alguien no cedía a sus caprichos simplemente les arrojaba una maldición. Obbatalá no vio con buenos ojos el daño que se hacía a sus hijos en la tierra, y con la sabiduría que lo caracteriza decidió enviar a Agueday a la tierra para que cumpliese una misión. El Orisha vanidoso no lo dudó ni por un segundo, descendió el tronco de Arabba y para cuando hubo pisado la tierra todas las maldiciones que había arrojado a la tierra comenzaban a volverse en su contra; su cuerpo quedó deforme, sus pies y manos se dislocaron, su belleza murió y su aspecto era horrible y retorcido. Agueday clamó justicia, no sabía qué le había sucedido; Obbatalá entonces sentenció “Ahora vivirás en carne propia el daño que hicieron tus propias maldiciones, recuperarás tu figura en la medida que retires del mundo toda la maldición que arrojaste en él”, pero ya era demasiado tarde, las maldiciones estaban replicadas, habían sido muchas sus faltas y por ello es que aún anda por la vida ayudando a que esa maldición no se propagase más por la tierra. Vive junto a Abokún (orisha de los accidentes) en todo aquello que muere accidentado, pues es su aspecto y junto a Oggún se encarga de fortalecer el esqueleto humano.
Para algunos Egbas, Agueday es una hembra, con las mismas afecciones y mismo patakí; sin embargo le otorgan el título de ser la Feicitá de Olofin, porque es ella quien se encarga de informar a Oloddumare los Itá que se realizan en la tierra. Los Oriaté la aprecian mucho, pues tiene todos los conocimientos de la adivinación, protege a Iyawó y le da cuenta a Olofin de los oddun con los que debe vivir. Nace en Ofún.
Hay otro Orisha llamado Nanagú o Ananagú que se relaciona con los fenómenos que nacen de ofún y también se dice que es esta y no Agueday quien retira las maldiciones; pero hoy en día no se sabe ni cuál era su culto ni forma de veneración; claro está; si algún día la tuvo, pues un personaje en un Patakí no quiere decir que el personaje sea un Orisha.
CEREMONIA
Come totalmente a oscuras y lleva 8 ataré y no diez, aunque algunos utilizan ataré contra Oddun; es decir mismo número de ataré que oddun en que nace el orisha; pero debido a su interrelación con Obbatalá hace creer que siempre fueron 8, ya que los ewes son los mismos de Obbatalá. Lleva 3 otá fun fun, una mano de dilogún y un ozun en forma de T del que penden a cada lado dos manos y dos pies; su collar es blanco, amarillo y rojo.
La ceremonia comienza dando primero la etú, que se desmembra luego de sacrificada, se mete en ashó fun fun y se lleva a una calle donde los vehículos la deshuasen o sencillamente el cuerpo del animal se lleva a una vía donde sea atropellada.
Posterior a esto se apagan las luces y se le dan 2 pollones y dos o cuatro palomas, pues dos se usan para darlas desde las rodillas (todo fun fun)
Debo destacar que hay casas que le ofrendan chivo y entonces las plumas se sustituyen por dos gallos en vez de pollones, el resto sigue igual. Las palomas se deben dar desde las rodillas de la persona. A los omó Elleguá no se le dan las eyelé desde las rodillas, sino los pollones. Las palomas las come junto a Obbatalá.
Luego de esto se cogen las patas de todos los animales, excepto de la guinea, se entizan con hilo blanco y se colocan dentro de su receptáculo.
Uno sus secretos menos conocidos, es que su collar lleve engarzadas las vértebras de los animales que se sacrificaron, las cervicales, dorsales y lumbares del animal.
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