jueves, 30 de septiembre de 2021
ABBATA: CULTO SEPARADO DE INLE
OSHOSI: ORISHA DE LA CAZA Y ALGO MÁS
miércoles, 29 de septiembre de 2021
OGGUN: EL ORISA MÁS INCOMPRENDIDO DEL PANTEÓN YORUBA AFROCUBANO
Oggún es el dueño de todos los metales, no solo del hierro; y más aún, no es dueño en sí de los metales, pues estos le pertenecen a Ashikuelú, por ello es que entre las tantas incomprensiones sobre este Orisha se encuentra que a él pertenezca el hierro y los metales pesados.
Oggún no es más que el Orisha que da forma a los metales para que estos tengan una utilidad en la vida cotidiana del hombre, Ashikuele o Ashikuelú, que vive en las profundidades cuidando tanto el oro, como el cobre, y el hierro, aunque otros otorgan estos a Oggún para que este confeccione los instrumentos que necesitamos. Ashikuelú viene a ser el Orisha de la minería y Oggún el herrero y orfebre.
Considerar que Oggún esté limitado a dar forma a los metales solamente sería minimizar las múltiples influencias que este Orisha ostenta.
Oggú significa “medicina” y esto lo explica muy bien Don Nicolás Valentín Angarica en su libro “Manual del Oriaté”. Oggún fue médico antes que Inle y Oshosi; en la creación se encargó de dar fuerza a los huesos blancos que puso Mewa y creó la caja toráxica y demás estructuras para proteger los órganos vitales. Abokún y Aggueday tienen una estrecha relación con Oggún, Abokún crea los accidentes que en ocasiones destroza la estructura que Oggún ha creado y Aggueday quien por maldiciones deforma el esqueleto pactan con Oggún todo lo que sucede.
Cuando el Orisha desea castigar alguna falta muy grave permite que estos dos Orishas, Abokún y Aggeday destruyan su obra, pero si con él se cumplimenta siempre responde en favor del ser humano fortaleciendonos y arreglando las estructuras óseas dañadas. Las prótesis que utilizamos cuando un hueso falla se confeccionan en Titanio, y es donde interviene Oggún con su influencia salvadora.
Debo además acotar que la mandarria con la que Orunmila venció a Ikú fue echa por Oggún, porque la mandarria es el símbolo de Oggún y representa precisamente eso “La derrota de Ikú”. Incluso muchos Olúos decían que Oggún poseía los colores negro y verde como título obtenido por ayudar a Orunmila a vencer a Ikú.
¿Por qué el carácter de Oggún se considera violento, osco y digamos... malo? Pues esto es una simple alusión a que mediante la fragua del hierro y demás metales el hombre creó armas y con ellas la guerra, la muerte y la destrucción. La culpa que carga Oggún para los Iguoros es el simple hecho de que forjó armas que causan la muerte, pero la utilidad de estas armas ¿ quién las decide: Oggún o el hombre?
La famosa ceremonia de “Pinaldo o Cuchillo” que de ella hablaremos luego, no es más que el ofrecimiento de Eyebbale a los Orishas y el permiso de sacrificar animales de cuatro patas, según otros incluso de plumas. Toda persona que poseea Oggún con su respectivo diloggún puede ofrendar eyebbale a sus Orishas u Orishas de la Colectividad Lukumí, porque fue Oggún quien creó el cuchillo.
Al sacrificar un animal utilizando Obbe (cuchillo) decimos “Oggún lo kuá” que significa que fue Oggún quien dio muerte al animal, porque nadie tiene permiso para matar a nadie, y siempre se ha expeculado que esa culpa la tiene Oggún porque creó el cuchillo; pero ¿Qué pasa entonces con Naná Burukú? a la cual se le sacrifica con cuchillos de caña brava, acaso no estamos matando también y sacando sangre, entonces en ese caso qué decimos ¿Oggún lo kuá? ¿por qué? Si Oggún allí no estaba, no habían metales él no pudo haber matado entonces a nadie; con lo cual desmontamos el mito de que la culpa de la sangre vertida la tenga Oggún.
Sé que muchos dirán que igualmente cuando sacrificamos un animal con las manos también está la violencia, y esa violencia es Oggún. Yo con el debido respeto debo decir que el uso de la fuerza no quiere decir violencia, violencia según el diccionario es: “[...] conductas que deliberadamente acomete un sujeto con el fin de causar daño o sufrimiento [...]”y como bien sabemos a pesar de que arrebatamos la vida de un animal y esto es un daño, el animal en cuestión se otorga de forma votiva; es decir, no sacrificamos al animal con el fin de causarle dolor o sufrimiento , de ultrajarlo, de hacerlo sufrir o torturarlo, y debo aclarar que sacrificar no es una tarea fácil, pues mientras más se prolongue el sacrificio y más sufra el animal, menos beneficio le traerá a cualquiera que lo realice, sea Olúo, Olorisa o lo que sea...
Es decir que un médico cuando nos opera o nos extrae una muela es violencia; no señores, una cosa es fuerza y otra violencia. Oggún es fuerza en todos los aspectos de la vida, por la fuerza del esqueleto nos mantenemos en pie, con la fuerza creamos lo bello y también lo malo o feo, de eso tiene culpa el ser humano y no Oggún.
Un patakí nos relata que Ikú dijo que todo aquel que sacrificara él no lo perseguiría, entonces Oggún creó el cuchillo para que el hombre sacrificara y así Ikú no lo buscaría, ¡esta es la verdadera explicación del “Oggún lo Kuá”, gracias a Oggún por medio del cuchillo y el sacrificio, Ikú queda complacido y somos salvados! Cuando hacemos el fifecho o fifeto que se le da a Oggún es para que este calme esa eyé, ese Ikú que está en el Igbodún tomando la vida de los animales que ya murieron, Oggún es el único que termina el vertimiento de sangre, diciendo a Olofin que ya las deidades han quedado conformes, Ikú ha sido congratulado y por tanto sus servidores, los Olorisas han quedado eximidos de derramar su sangre; es pactar con Ikú que el trabajo está hecho y puede retirarse del Ilé.
Obbe (cuchillo) no es un Orisha, sino el instrumento de poder de Oggún. De esta forma creo que ya se ha explicado que Oggún no es ni un caníbal ni un asesino psicópata.
Otro punto al que vamos a referirnos es aquel en que un mito convertido en patakí pone a Oggún en la fase de violador, pederasta, abusador y tantas otras cuestiones que más que vergüenza deberían ser tomadas como herejías repugnantes que desgraciadamente se han popularizado por aquellos lectores que quieren que el orisha sea reflejo de nosotros. En un mito de Oshumare hablan de que este al nacer se comió a su madre Yembo, sin embargo, este no fue castigado como hicieron con Oggún, ¿por qué? Yo debo explicar que el día que un Orisha posea tantas cualidades negativas no merece estar en nuestro panteón, además no los hubiesen deificado en África. Digamos que me preguntan quien es Oggún y yo le explique a un Aleyo: “Oggún no es más que el Dios del hierro, que bebe mucha sangre, que es violento, que creó las armas para matar a otros hombres y que se dedica a violar a todas las demás Orishas del panteón yoruba...” ¿Podría un aleyo entonces querer adentrarse en este maravilloso mundo? Claro que no, ni yo tampoco como Oriaté querría tenerlo.
Oggún no fue culpado por el incesto ni mucho menos, Oggún se autosentenció cuando con dolor observó la distorsión de aquello que él creía bueno para el hombre; observó como esa fuerza de manos y pies se utilizaba para matar y hacer daño, cuando esas armas no eran para defensa sino para dominio, cuando ese Obbe no era para obtener alimento, sino masacre... El mundo es como es y ante Olofin nadie carga con sus culpas: “Si matamos es porque Oggún nos dio las armas, si sometemos a alguien es porque Oggún nos dio fuerza y si violamos es porque Oggún nos dio erección en el miembro viril”. Olofin cuestionó a Oggún, quien con el sufrimiento y contrariedad propia de tanta ingratitud del mundo, dijo: “Padre no me maldiga, yo solo me voy a maldecir, trabajando día y noche donde nadie me vea y sin contacto con el ser humano”.
Muchas personas no conocen que cuando la especie humana vino a la tierra Olofin deseó que hubiese procreación para asegurar el crecimiento de la congregación pero todo era infructuoso, hasta que Oggún dotó al pene de fuerza, la erección y de esta forma sí se pudo asegurar que el hombre penetrara a la mujer y los animales a sus parejas y de esta forma la población creció. El hombre, plagado de errores e inducido por Abbita pensó que ya que su miembro podía penetrar, podía tomar a cuanta mujer desease y de ahí nació la violación que nace en Oggundá, donde por Iré habla de que si usted no puede engendrar haga rogación al pie de Oggún y si sufre de impotencia este le resuelve el problema, pero en ossobbo se le advierte de que hay una violación rondando y casualmente es Oggún quien protege a sus hijas a e hijos de este hecho repugnante. Todos sabemos que la culpa de que exista violación no es del pene, sino de la cabeza y sus pensamientos, porque todos los varones tenemos erección, pero no todos los que tienen erección son violadores. Con esto quiero decir que Oggún otorgó rigidéz y fuerza al miembro, porque Oggún es la fuerza, pero no es culpable de lo que el hombre quiera hacer con su pene una vez erecto.
Otra de las culpas que carga este Orisha es comer perro, precisamente el (ayá) lo comen muchas deidades y entre ellas Inle que cuando vive en la tierra come perro. El perro, y esto lo he explicado en el libro “Ebbó y Obras variadas por Oddun” es el único que con su sangre redime al ser humano, debido a que es el mejor amigo del hombre, dio la vida por su amo para redimirse ante Olofin. Como ya debemos suponer un Orisha que ha sido tan juzgado y maldecido solo puede ser redimido mediante la sangre del perro, pero esto no siempre es así, a Oggún se le puede ofrecer chivo en vez de perro y NO PASA NADA, SIRVE IGUAL, porque al ounko sirve para pagar y expiar cualquier pecado.
Ahora y habiendo explicado un poco las características del Orisha me adentro en sus ceremoniales.
El color del orisha Oggún es el rojo, aunque existen casas que confeccionan sus elekes de negro, verde y una cuenta morada.
Oggún puede llevar una o tres otás, posee la misma cantidad de garabatos y sus siete güiros que se cargan muy similar a los de Elleguá pero en vez de atarlos con hilo de mariwó se utilizan cadenitas. Es imprescindible que quien vaya a ser consagrado en este Orisha busque el Ozun de Oggún que se llama “Chibirikí”, un pedazo de raíl de línea, tres machetes grandes, una mandarria de igual tamaño y siete que van dentro de los güiritos.
El pilón de Oggún se lava con sus ewes, es de piedra y hay quien ha puesto un yunque como pilón. Se le da un akukó que luego se lleva a la línea del tren.
En el río a su Iyawó se le baña primero y ya luego se busca un grillete que se ata al tobillo y el otro extremo al caldero, allí mismo se da 1 gallo y una jutía. Luego del sacrificio cinco hijas de Oshún con 5 igbas de miel irán poniendo miel en los labios del Iyawó a medida que vaya saliendo del monte; esto no es porque Oggún la haya violado ni mucho menos, sino porque el único Orisha que trató a Oggún de una forma cordial, amorosa y comprensiva fue Oshún, quien le trajo la alegría a Oggún a través de la miel. (estas son leyendas propias del folklore cubano). La jutía y el pollo al igual que en Elleguá se evisceran, se ahuman y van al trono.
La segunda parte de la ceremonia es una línea de tren y allí se da un chivito y un gallo que se dejan allí. De esta forma Oggún está completo. El resto del Kariosha es igual que el de los demás guerreros, se corona en el patio y no posee restricciones. El collar que usa el omó Oggún durante todo el tiempo de su iniciación es la llamada cadena Shagbá, ese es el verdadero collar de Oggún.
OGGÉ DE OGGÚN
Esto se cargan como mismo se cargan los de Shangó pero sin nada de Shangó, todo es de Oggún y lleva:
- Lerí de Akukó, etú, eyelé.
- Ashé lerí de Oggún.
- Rosadura de las piezas de Oggún.
- 7 ataré guma.
- 1 otá negra.
- Ekú, eyá, awaddó guamá.
- 1 machetico y una mandarria.
- Ozun de los cuatro colores.
- Otí, oñí, efún.
- Los testículos del ounko de Oggún.
- Espuelas de akukó.
- Los elementos que la casa de Osha, que desee
incorporar.
ESU Y ELLEGUA: LA DUALIDAD DE LA VIDA
Muchos Iguoros en la práctica cotidiana utilizan a este Orisha como mandadero, portero, mensajero, guía, e incluso como amuleto o resguardo contra los males que atañen cotidianamente al ser humano.
Primeramente es un deber criticar prácticas que poco a poco se han ido deformando, estableciendo costumbres como si fuesen leyes; y si en 1880 algún respetado Olorisa realizó una obra, por cualquier circunstancia hoy lo reproducimos a manera de Regla, que es lo mismo que decir “Ley”. El primer Orisa que se recibe en Nigeria es Orí y no Elleguá como se hace aquí en Cuba, debo aclarar que Elleguá en Nigeria no es conocido, solo las tribus Egbas, de donde este adquiere su nombre le rinden culto, para el resto Eshu adopta las mismas funciones y de ahí los grandes errores y mezclas que hacemos hoy en día en los Ilé de Osha.
Elleguá es mensajero de Oloddumare, no suyo, y esa práctica de castigarlo, tratarlo a veces un poco irreverente o peor aún, cometer el sacrilegio de asegurar que es un niñito que hace travesuras ha dado al traste con que ya ni se conozca quién es esta divinidad.
Puedo asegurar al lector que la mitad de las “frescuras”que tenemos hoy con nuestro Elleguá en África serían vistas como una indecencia o falta de respeto que traería consecuencias catastróficas para toda la población. Elleguá es temido y venerado muy escrupulosamente por los yorubas.
Ahora bien, Elleguá no es un niño, sino que actúa como uno, explicandonos los avatares de la vida; en un momento hay risa y luego llanto, hoy puede haber un real y mañana no haber nada... Simula pues, un carácter voluble que en el fondo no es más que eso, un juego existencial, el destino que juega con los caminos trazados por el hombre. Los iguoros hoy en día, debido al desconocimiento ponen en su vasija juguetes, tabaco y otras tantas cosas que ni vale la pensa mencionar; siendo esto realmente un despropósito, pues Elleguá no juega con los artefactos, sino que él con quien verdaderamente juega es con usted y con su destino.
Los Orisas, a ninguno, se les debe ofrecer humo de ninguna índole, pero en Cuba por nuestra mezcla de tradiciones con los aborígenes comenzamos a hacerlo igual que ellos a sus espíritus de la naturaleza, pero allá, en el África, de donde viene nuestra religión esto es tabú para todas las deidades, y qué decir del Palo, donde sí se utiliza el humo; es decir, mezclamos santo-palo-ifá-espiritismo y hasta budismo.
El aguardiente (otí), sí debe ser ofrendado a Elleguá y no solo a este, sino a todas las divinidades del panteón Yoruba menos a Obbatalá, porque todas las deidades al venir a la tierra hicieron Ebbó con aguardiente para espantar el ossobbo y la presencia de Abbita y Alosi. Si usted es iguoro ha de entender entonces por qué lavamos los dilogunes en otí antes de arrojarlos en el suelo y ver qué letra trajo ese Orisa.
Elleguá posee dos significados lingüísticos, el primero deviene de los Egbas llamándolo Ilegba Ilé (Casa) y Egba (Región Nigeriana Egbaddó), por tanto para este grupo étnico sería “El protector de los Egbas”, en tanto que para los Oyó y otros sería Ilé (Casa) y Guá o Wá (Estar, habitar) y por tanto para ellos es “El que habita en la casa”. Existe un Orisha llamado Olarosa que antes de la llegada de Elleguá a Cuba era quien se ocupaba de el resguardo de la casa y se representaba como una cimitarra vestida de caurís que se colocaba tras la puerta de la casa.
Eshu por su parte es el principio existencial de todo, él fue el primero que bajó y penetró a todos los demás Orishas, excepto a Orishanlá y Naná Burukú. Habita en todo lo que existe y es por esto que cada Orisha tiene su propio Eshu. Cuando usted comete una falta con un Orisha no es el orisha quien trae el “castigo”sino el Eshu de esta deidad, porque él tiene el poder para ello, y es por esto que siempre digo que los Orishas no castigan, pero sus Eshus sí.
En Cuba Eshu solo lo entregan los Babalawos y por eso es que no posee diloggún, porque el todo de este mundo no tiene boca, él es la extensión de la tierra, su equilibrio y habita en todo. Elleguá por poder de Olofin asume el mismo papel que Eshu, pero sí habla por un diloggún de veintiún caurís y es con ese dilogún con el que se hace registro (ossoddé). No cabe duda que siendo la máxima divinidad en Osha, Eshu, haya penetrado no en una parte, sino en un todo a Elleguá. Digamos que el vínculo más cercano que tiene Eshu para su relación con el hombre es Elleguá; y esto adquiere un carácter aún más fuerte cuando vemos que Eshu es: pobreza, guerra, enfermedad y muerte, mientras que Elleguá es: vida, salud, prosperidad y paz; para que el mundo sea mundo debe haber un perfecto equilibrio entre estas dos energias, como el Ying y el Yang. Para que haya vida tiene que haber muerte, usted nace (Elleguá) y muere (Eshu), hoy usted tiene dinero y mañana no.
Elleguá es dueño absoluto de todos los caminos que conducen a la positividad, Eshu es todo lo contrario y es por ello que no se pueden separar estas dos fuerzas. Elleguá no tiene caminos, él es uno solo, pero Eshu sí posee muchos avatares que adopta Elleguá.
Muchos Ilé Osha no sacan camino de Elleguá y esto no está del todo mal, pues Elleguá como ya expliqué es uno solo, otras casas sin embargo sí hacen esto basados en esa indisoluble unión de lo positivo y lo negativo. Muchos Iguoros no cargan Elleguá Cabecero porque Eshu es (creación) y Elleguá no; es decir, Eshu lleva los elementos naturales que nos rodea, y Elleguá no, es Osha y por tanto se representa igual que cualquier otro (otá y dilogún) solamente.
Debo aclarar que cualquier iguoro, sea mujer u hombre puede entregar Elleguá a cualquier persona mediante los ritos que ya son conocidos en cada Ilé Osha, desde una simple otá, hasta un amasijo de cemento o agborán tallado. ¿Dónde entra el conflicto? En que usted como Olorisa debe saber que entregar un Osha lleva el lavatorio de sus dilogunes, por tanto, sea que usted lo haga de amasijo u otá simple, en el ceremonial hay que lavar su juego de 21 caurís, sin importar los igbos (cascarilla, caracol ayé, otá, elerí agborán, ayo etc..) Porque usted no entrega Yemayá, ni ningún otro Orisha sin Dilogún, y es por ello que se ha creado una guerra entre los Olorisas y los Babalawos, pues con razón estos nos dicen que los Iguoros están entregando Eshu; esto se resume en que usted ha de buscar a Elleguá primero, preguntarle sus cargas y luego lavarle su dilogún, y esto se hace Igual con los demás guerreros.
Usted tiene un ahijado y le va a dar guerreros, pues lo mejor es entregarlos a la forma que Osha lo exije, con su dilogún. Yo entiendo que esto no se hace casi nunca pues la otá es Osha y allá en Nigeria no todas las deidades llevan otá y dilogún, pero si nos regimos al sistema afrocubano sí son elementos necesarios para que eso que usted entrega converse, de consejo y sobre todo nazca.
Otro elemento que debo destacar es el de las competencias de un Olúo a la hora de consagrar Elleguá como Orisha Alagbatori. Eshu es una deidad que el único que la pudo dominar fue Orunmila y sus hijos, no porque Orunmila sea el Superman de Osha, sino porque Eshu habla en los 256 oddun del Sistema de Ifá y en cada uno hay un patakí diferente sobre Eshu que solo ellos conocen. Repito una vez más que entre Elleguá y Eshu hay una relación muy estrecha y por ello es que Olorisas y Olúos deben trabajar juntos para asegurar que tanto Elleguá como Eshu se hagan presentes sin mayores consecuencias. El sacrificio de la Jutía es uno de ellos, en África la sacrifican los iguoros, pero la jutía tiene un pacto muy estrecho con Ikú; es decir, ella llama a la muerte cuando a ella la van a sacrificar, ¿quién puede matarla?, pues Olúo Popó que quiere decir “el que salió de entre los muertos”, y ese es Orunmila y sus hijos, que pasan por ceremoniales que los hace “muertos”vivientes por decirlo de alguna forma, por ello al sacrificar a la jutía con los cantos y rezos que estos utilizan Ikú vendrá, preguntará a la jutía quién la sacrificó y esta culpará a Orunmila, Ikú no podrá hacer nada contra él porque no lo puede matar, se retirará del sitio y todos estaremos en paz. Existen otras ceremonias en las que la presencia de un Olúo es necesaria, pero eso siempre ha sido valorado por los Oloshas e Iyaloshas; lo que yo puedo decir es que levantar a un Olúo para que nos ayude no es un acto de sumisión ni de incapacidad, sino es la garantía de que nosotros mismos estaremos a buen resguardo. No quiero con esto decir que Olúo es Olofin ni mucho menos, sino que el saber está repartido y trabajar armoniosamente es la base de esta religión que se está perdiendo.
Debo, y es mi deber explicarle a los iguoros que si usted llevó al santo su Eshu de Ifá este no va a ir a la lerí y por tanto es que le colocamos una otá, esa otá es Elleguá no es un “matari de palo ni nada de eso”,esa piedrita es la que va junto con los 21 dilogún a la lerí. Si a usted no le ponen eso en la lerí USTED NO LE PUEDE HACER ELLEGUÁ A NADIE porque Eshu vive en la nuca y Elleguá en la cabeza y usted no está capacitado para hacer en lerí de nadie los Orishas que previamente no estuvieron en la suya como padrino. Un ejemplo de que Oshún no hace Shangó es esta regla, si Oshún no estuvo en su lerí como omó Shangó que usted es, entonces no puede ponerla en la cabeza de nadie, porque a usted se la pusieron en el hombro ¿cómo puede entonces usted ponerla en lerí de un ahijado?.
Con Oggún sucede otro tanto, si este Orisha no fue a su lerí; no entró con él, pues entonces usted no puede hacerle Oggún a nadie, y otra cosa, aunque le laven el famoso cuchillito usted no puede matar porque Oggún al estar en su lerí lo inició en su culto; usted está iniciado en todos los Orishas que fueron a su lerí, entonces lo que usted recibe posterior a eso no es más que Osha Addimú, aunque lo reciba con cuatro patas, y se llama addimú porque no fue a su cabeza. Así que antes de hacerle Osha a su ahijado tenga presente, que entre con lo que debe entrar para que luego no hayan problemas.
Ahora vamos a explicar algunas cosas más profundas de Elleguá sin caer en generalidades.
CEREMONIAS DE ELLEGUÁ:
A Elleguá se le hacen dos tronos y esto es porque cuando Obbalufón fue a raspar a los Orishas tuvo un inconveniente cuando le tocó a Elleguá, dejó cuidando el templo a Ayagguna, quien le dijo a Elleguá que se sentara para rasparlo, diciendo Elleguá que quien raspaba era Obbalufón y que él lo iba a esperar para que lo raspara. Ayagguna con su carácter fuerte y discutidor botó a Elleguá del templo y le dijo que no volviera más. Elleguá se sentó en una piedra en el bosque, triste por la actitud que para con él había tenido Ayagguna. No pasó mucho tiempo y Obbalufón regresaba, topándose con Elleguá quien le explicó lo sucedido, Obbalufón reprendió a Ayagguna retirándole la navaja y convidando a Elleguá a que regresara al templo para su consagración, negándose este y reclamando que como a él lo habían botado a la calle ahora tendrían que ir allí mismo, donde estaba sentado a rasparlo... Así se hizo y como mismo rasparon a Elleguá se procedió con Oggún y Oshosi, ya que estos se solidarizaron con Elleguá como una muestra más de la unión de estos Orishas.
El pilón de Elleguá consiste en una piedra grande que se lava con omiero del orisha y se le da un pollo, todo esto se hace en el patio donde se va a coronar Osha.
La búsqueda de la otá de Elleguá en el monte debe hacerla la Oyugbona con el ahijado, tratado avalado en el referido patakí que contamos anteriormente. La Oyugbona debe llevar caramelos, miel, aguardiente y tabaco, que ya dijimos que allá en Nigeria no se usa, pero aquí por modernismos y prestamismos culturales sí. La Oyugbona soltará caramelos, ron y aguardiente entrando al monte y mientras dure el recorrido se le dirá al ahijado que busque una otá. Cuando se encuentra esta otá se le da obbi para averiguar si es Elleguá y si quiere ir con su hijo; si dice que sí se le da otí, oñí, caramelos y tabaco, tres kilos y un pollo. Durante toda la ceremonia se debe sonar un silbato para llamar a Elleguá.
Ya con ese Elleguá según la casa se le lleva al Olúo para que le ponga una carga elemental, al igual que la madrina y Oyugbona pondrán la suya y permanece con el Olúo hasta el día del río.
En la ceremonia del río lo primero es esconder a Elleguá y decir al ahijado que la busque mientras se le da chucho (los omó Obbatalá no pueden dar con chucho). Una vez que se encuentre la otá se deja de dar chucho y estos se colocan sobre el Elleguá dándole una jutía y dos pollos en el sitio. Tanto el pollo como la jutía se evisceran y se llevan para la casa para ahumarlos y ponerlos en el trono.
De regreso a la casa hay que darle a ese Elleguá un pollo en las cuatro esquinas donde se realizará el kariosha y tres gio gio en Shilekún Ilé del templo. Al iyawó se le ruega la lerí la noche antes conforme a lo establecido, hay quien da palomas (porque Osha aún no está en Lerí) y otros dan dos pollos porque consideran que si Orí aceptó que Elleguá esté allí sobre ella, es porque considera que todo lo que come Eleguá le hará bien, por tanto asume la etú y la eyelé como tabú.
En la mañana el Iyawó da su primera salida a la calle a repartir otí, ashá y golosinas, vestido con las ropas que trajo del río (no de saco). Al llegar a la casa se le da chucho nuevamente hasta que llegue a manos de su Oyugbona que lo espera con la sábana abierta. Es conveniente que corra para que no lo alcance el chucho nuevamente. Una vez que la Oyugbona le arroja la sábana blanca ya no se da más chucho.
El resto de la ceremonia se desarrolla en el patio y la vestimenta del Iyawó depende de la casa; lo mismo de blanco que de saco y mariwó.
CARGA DE LOS 7 GÜIROS:
- Ekú, eyá y awaddó guamá.
- Siete ataré guma.
- Caramelos.
- Poquito del ashé lerí.
- Pintura de ozun.
- Lerí de omoroddié hecha afoché.
- 1 pluma de loro.
- 1otádundunyunafunfun.
- Asho timbelaye.
- Epó, efún, otí, otí kana.
Todo esto se sella y se le colocan tres dilogunes y veven siempre con Elleguá, esto se debe hacer la noche antes de la consagración.
IGBA ASIA KEFÚN:
A esta Orisha casi nadie la conoce, pero si usted se fija, hay casas que a Elleguá en lugar de colocarle sombrero le colocan un gorro; ese forro, que hoy está deformado era la representación de Igba Asia Kefún, que es la hermana que ayudó a Elleguá a ser rey acabando con sus enemigos.
Lleva una otá blanca que vive en una sopera de igual color, una mano de diloggún, un garabato forrado de blanco y negro, una muñequita de madera o metal, un gorro blanco del tamaño de la cabeza de la persona del que penden 8 hilos negros a forma de trenza con 8 caracoles cada uno. El gorro igualmente se decora con caracoles. Este gorro lleva en la parte superior por dentro un doble forro que se carga con todo lo mismo del Ashé lerí de Elleguá. Come Eyelé y Etú porque estos fueron los Obbá que quisieron quitarle la corona a Elleguá, ella los venció y estos le tuvieron que dar corona. Come de la cabeza de la persona menos los animales antes referidos que se les da de forma directa. Su diloggún puede hablar o no y según algunos iguoros antes se coronaba directa.
Contacto: gabyrichin@gmail.com
DIVINIZAR EN TIERRAS YORUBAS
Sin lugar a dudas no hay concepto más magnífico en todas las religiones que el de alcanzar la inmortalidad.
No podemos hablar de religión sin dioses, estos dioses más o menos complejos enriquecieron el panteón Yoruba por los poderes que quizá en vida ostentaron, y digo quizá, porque no todas las hazañas están muy bien enmarcadas en lo fantásticos, sino más bien en lo político.
Lo que para estos africanos es un Orisha, para nosotros es simplemente un busto y al igual que ellos le ofrecen bebidas y alimentos a sus Orisas, nosotros ofrendamos flores, veladoras, incienso, cantos y actos patrióticos.
Los primeros en ser deificados fueron los reyes que sobresalieron, no por arrojar fuego o conjurar objetos fetiches, sino por su carácter guerrero y de expansión territorial, conceptos políticos que abrogaban a estos un carácter mítico. África mantiene aún hoy la costumbre de cubrir simples mortales con títulos de grandeza; por ejemplo, Mobuto Seseseko, dictador del Congo (llamada por entonces Zaire) ostentaba el título de “Rey de las Bestias” “El temido por el León” entre otros. Otras culturas como la Koreana aseguran que su líder histórico Kim Il Sun nació cuando una estrella del firmamento nació, nunca defecó y su destino estuvo marcado porque pudo dominar el sol y los elementos desde su nacimiento en los cielos. Mitos y leyendas de hombres mortales a los que sus hazañas convirtieron en Dioses fue el comienzo de la divinización, tanto el África como en varias partes del mundo.
Shangó, Daddá, Aggayú, Oranmiyán y Odduduwa fueron seres vivientes (irunmoles o Imalés), que existieron y al morir, su pueblo les colocó una piedra, con forma fálica y de varios metros de altura que hoy conservamos en nuestros receptáculos sagrados a tamaño miniatura, este es el período arcaico de la cultura religiosa africana.
Los antiguos no solo afrendaban a esta estatua las bebidas y distintivos que en vida les agradaba, sino que creían férreamente en que estos se comunicaban con su pueblo desde el más allá (Ará Onú) por medio de los medium y más para el siglo XVII a través de cocos, cadenas con chapas y caurís. Cada poblador adoraba a sus dioses (divinizados) de tal manera que guardara una semejanza mediante cantos y atributos con el fallecido. Shangó, por solo dar un ejemplo, Dios guerrero, se le colocó su trono (pilón) que es el trono que en esa época se utilizaba, instrumentos de lucha de la época, abalorios, efinges que guardan el parecido según la tradición oral y por supuesto su oráculos (diloggún) y quizá una otá o no, cabe señalar que en África un Orisa bien puede estar representado por un muñeco de madera (ej, Oshún en la tierra Iyebú donde está su templo junto al rio del mismo nombre), Ayé Shalunga por simples conchas, otás y otros solo por un caracol ayé y diloggún, las formas de adoración son muy variadas. En nuestra región esto no es extraño; José Martí posee cientos de estatuas, algunas porta un revólver, otras se mantiene de pie, en otros solo su cara plantada en un monolito de piedra, otros sobre un caballo recordando la caída en dos ríos etc... Tal cual nosotros lo evocamos, así lo evocan allá. Lo mismo ves un Shangó con forma de Oshé, que una simple hacha bicéfala, eso es Shangó para ellos.
¿Y de dónde salieron?, ¿Quiénes lo entregaban?, pues sencillamente... nadie, bastaba con saber cómo era, sus rasgos, su personalidad, sus atributos, sus cantos y todo aquello que más se relacionara con el Dios, se le preguntaba si era él y a esa cosita, que daba igual si era un madero o una otá se le rendía tributo.
SOBRE EL CUCHILLO DE OSHA
SOBRE EL CUCHILLO DE OSHA:
Muchas personas hoy en día atacan, desde su desconocimiento, por qué muchos Oriaté o Iguoros no reciben el “Finaguo”o “Pinaldo”, hacen creer que esto viene avalado en un oddun; oddun que a todas luces fue inventado en nuestra Isla, pues ¿cómo puede haber un oddun que hable de este particular y no ser conocido en África ni siquiera por el mismísimo Arabba de Ifé?
Sin ánimos de herir suceptibilidades, basta con que usted tome entre sus manos un manual de Oddun de Ifá o de cualquier pesudo Oriaté, en el que verá aseveraciones, como menos, risibles… “Nace en este oddun la carpa del circo”,”en este Oddun nacen los dragones”, todo esto sabemos que no pudo salir de África, pues ellos no saben ni lo que es un dragón y no sabían tampoco lo que era un circo hasta que no fueron ellos las principales atracciones tras la conquista del continente africano. Así mismo se dice que en Okana nace el para rayos de Shangó, llamado Afeké, es decir; en la escuela nos dicen que el inventor del para rayos fue Benjamin Franklin, ahora dicen que fue Shangó, es decir que Shangó era Benjamin Franklin, esto lo digo sin mofarme del Orisa del Trueno y Alafin de Oyó, sino mas bien de quienes con evidencias hacen que Osha se convierta en un despropósito.
El cuchillo de Osha es una ceremonia, fíjese Ud. que no se lava dilogún, solo el de Oggún si no se posee previamente. Cabe destacar que en África cualquier iniciado en Osha está facultado para dar alimento a sus Orishas; pero dejemos eso ahí para que no se tilden mis palabras de tradicionalistas. El caso de Cuba no es más que un acomodamiento, como lo son los Orisas y sus consagraciones, adaptaciones motivadas por necesidades, por desconocimiento y en muchas ocasiones por egos muy enfrentados.
Los ensayos en que se habla sobre la división de La Habana dejan estas cosas muy claras para que el lector, desde un punto de vista antropológico pueda entender el por qué en Cuba hay tantos linajes, como formas de hacer las cosas.
El primer cuchillo de Iworo del que se tienen datos fue aquel que ostentó Obbadimeyi, al cual no le reconocieron el asentamiento de Osha que se le realizó en Matanzas, se volvió a coronar en la La Habana y en Itá salió la validez de la primera consagración, con lo cual y para no pasar bochorno se mete el famoso cuchillo como distintivo de validación de Osha.
Cabe señalar que en algunas regiones africanas los sacrificios los realizaba un Ashegún u Onishegún, persona destinada a estos menesteres y por regla general omó Oggún. En nuestra isla la posibilidad de preservar esta tradición no se nos hizo fácil, pocos Olúos y contados Onishegún habían llegado, se hizo necesario entonces lavar el caracol de Oggún a muchos Iguoros para que fungiesen como tal.
Ahora bien, según los patakí que se conocen, los más antiguos y casi casi válidos no hablan de que Oloddumare sentencia que no correría más sangre en la tierra y que nadie estaba facultado para quitar la vida a nada que por él fuese creado, hay un patakí en el cual se habla de todo lo contrario, Oloddumare da al hombre los animales para su sacrificio, excepto a él, pues Oloddumare no come sangre, pues un padre no matra a sus hijos. Tal caso y refiriéndonos al primer patakí, ya nadie podía beber de esa eyé (sangre), mas las divinidades fueron a ver a Oggún, este fabricó un cuchillo y alimentó a las deidades; a los que acusan a Oggún de ser un sanguinario, debo aclararles que ninguna deidad lo es, y este acto de Oggún se identifica más como un acto de compañerismo que de sed de violencia. En fin, Oggún con su cuchillo alimentó a las deidades según estas lo solicitaban, Oloddumare sintió el olor a sangre, y molesto preguntó quién había infringido su sentencia, todos contestaron que Oggun Lokuá (Oggún lo mató), Oloddumare, muy disgustado sentenció a Oggún haciéndolo responsable por toda la sangre que se derramase sobre la tierra. Esta es la razón por la cual en nuestros cantos de sacrificio decimos “Oggún choro choro, eyebbale caro”que sería decir “Oggún va a sacar sangre”y luego de ofrecer esta eyé colocamos el cuchillo en el suelo diciendo “Oggún Lokuá” es decir “Oggún fue el que mató”. Esta historia además de todas las moralejas que se puedan deducir nos explica lógicamente que nosotros no poseemos la capacidad de matar ningún animal para ofrecer alimento a nuestros santos, pero Oggún sí, por tal motivo aquel que use Obbe (cuchillo) debe de tener a Oggún recibido y en esta sí es necesario que sea con cuatro patas, para que el Orisha pueda así sacrificar todos los animales. Es de esperar que si un iguoro no posee Oggún, ¿dónde pondrá el Obbe al final del sacrificio y dirá el Oggún Lokuá?.
Otra situación es que si usted no tuvo Oggún en Lerí entonces no puede hacer sacrificios porque no está iniciada o iniciado en ese Orisa y aunque luego coja el cuchillo de Iguoro ese Orisa nunca tocó su cabeza, nunca estuvo allí su diloggún para consagrarlo a usted y entrar en lerí.
Resumiendo esta primera parte, y avalados por oddun y no por mitos fantásticos debemos decir que los requisitos que impone nuestra religión en la isla según oddun para tal fin solamente sería estar iniciado en este Orisa y nada más, aunque dije anteriormente esto en África ni se conoce y nunca se conoció.
Abordando ahora el tema de que el cuchillo ofrece mayoría en Osha; usted debe saber que la mayoría en esta religión la dan los años de Osha y el conocimiento, a cualquiera se le da cuchillo y si no sabe es como si no tuviese nada, porque no sabe ni lo que tiene y las cosas hacen efecto en cabezas preparadas y no en cabezas vacías.
Otra hipótesis dantesca es aquella que alude a que al tener Pinaldo usted está confirmado en Osha. Esta incorrecta hipótesis alude a la Conformación que calcaron los criollos de la Santa Iglesia Católica, fíjese que todos los nombres que damos a nuestras ceremonias son católicas: “Santo”, “Ángel de la Guarda”, “Confirmación”, “Rito”, sin contar lo que metimos a calzador en nuestras ceremonias, como el hecho de estar bautizado para iniciarse. Pero retomando el tema que nos ocupa y basados en esas hipótesis, ¿Un Iguoro sin Finaguo, no está confirmado en Osha, no se le podría realizar Ituto entonces, por lo cual a un Iyawó sin Ebbó de tres meses tampoco le toca ser despedido? Y yo le digo que no hay ni Olúo ni Babalawo ni Iguoro que tenga genitalidad suficiente patra agarrar los Orisas de nadie y botarlos así no más en la basura sin antes no refrescar el cuerpo de su poseedor… Usted debe saber que esa confirmación no existe y que usted aunque reniegue hasta la saciedad de su consagración y se vuelva ateo, esa corona que le pusieron ya se guardó en el disco duro de los cielos que se llama Orun, a ese disco nadie lo puede formatear o darle “delete”.
Ahora vamos a hablar de otro tema que cada vez que un iguoro lo menciona se hunde en el limbo del desconocimiento es el siguiente: “Voy a recibir cuchillo para borrar los oddun de Itá”. Primeramente debo desmenuzar esto. Su signo de Itá no es más que aquel lanzado en el lavatorio y ese no lo cambia ni un cuchillo ni un serrucho a motor, sino el santo se podría lavar dos veces y por tanto coronarse dos veces y también ahí si los podríamos botar y volverlos a lavar, porque serían oddun transitorios. Ese Itá Imalé, donde se tira dos veces, cosa única en el globo terraqueo no es un Itá con todos los elementos de seriedad legitimados, y digo esto porque hoy hablamos de Oshé ni Logbe, y de Oggunda Fun y esas barbaridades que damos por ciertas. Orunmila es el único que habla doble, ¿por qué? Porque aunque el Olúo coja la cadena (Opkuele) y la tire contra una pared esta va a dar dos oddun, cuatro chapas en un lado y cuatro chapas en otro, el Iguoro aunque haga el mismo proceso le sale un signo simple y por ese habla, con lo cual si usted busca su oddun compuesto y se va por ahí, va mal. Su oddun empieza en el lavatorio y se completa con los oddun que en Itá usted saque por su mano. Igualmente los Iré, que no se deberían sacar por oddun dobles, ya que está descrito que con oddun menores se pide la derecha y con mayores la izquierda; es decir, este sistema está hecho de una forma simple y no binaria. Usted podrá correr por el mundo diciendo que es hija de Irozun Melli, pero realmente usted es hija de Irozun y nada más, el oddun que saca el Oriaté no es más que un aporte de validación a la letra, hablando claro, ver si hay más positividad en Iyawó o más negatividad.
Entonces y para terminar la observación debo destacar que el Finaguo no es más que recibir Oggún con cuatro patas para de esta forma usted estar limpio de homicidio el día de su juicio ante Oloddumare.
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