lunes, 18 de noviembre de 2019

BABALU AYE: RITOS POCO CONOCIDOS

BABALÚ AYÉ: RITOS MUY POCOS CONOCIDOS DE LAS TRADICIONES DE ADORACIÓN AL ORISHA SHAPONO.

Por: Gabriel González Acosta i Cabanes 

I CONTEXTO HISTÓRICO RELIGIOSO DEL CULTO A SHAPKPATA: COINCIDENCIAS MÁS ALLÁ DE LAS SUPERSTICIONES.
El culto a los espíritus; llámese este “Vodún” o simplemente “Orisha” ha sido determinante en la política, la vida social y económica de una nación. Los primeros esclavos a su llegada a la isla introdujeron una serie de concordatos con la nueva situación política, social y económica, intercambiando patrones de culto y también de vida. Los criollos que aún podían recrear las historias de los antiguos comenzaron a comulgar con una forma de espiritualidad nueva, apegada a la fé , pero mayoritariamente alejada de la realidad, que en muchas ocasiones dio al traste con la pérdida de una indentidad africana por una identidad netamente cubana; con matices de todas las tribus y naciones que se encontraban en un margen muy pequeño de demarcación territorial.
Si queremos buscar una guía y entrar en un sano debate, debemos remontarnos a los conceptos de la nación donde Shapono fue deificado con mayor perseverancia y pompa: El Reino de Dahomey.
Según Bascom e investigadores versados en la etnografía africana datan la llegada de las primeras tribus dahomeyanas a partir de los acentamientos del grupo “adyá” pronunciado como “ajá”; y cabe notar la pronunciación de “Ajá”, pues en Cuba esta palabra se utiliza para describir a una especie de escobilla de palma utilizada en el culto a Azowano. Cabe destacar que Ajá no es más que un grupo étnico, los primeros que se acentaron en Dahomey; con lo cual la escobilla no es más que el implemento que rememora a todos aquellos hombres y mujeres que residieron en la zona. El llamado “ajá” es un símbolo más allá de un implemento, simboliza la unión del clan, determinado cada uno en una varilla de palma, atada, porque solo juntos pudieron alcanzar la calidad de reino… En estas tierras la escobilla puede verse o no y cambia de nombre según la zona. En Cuba el “ajá” fue el primer elemento de culto a Azowano, porque representaba esa unidad y esa fuerza de trabajo colectivo en un bien común. Cuando usted utiliza esta escobilla lo que está haciendo no es más que rememorar a la tribu y sus reyes, entre los que se encuentra Azowano; para la tradición Yoruba que reclama a Babalú Ayé como suyo. El elemento “ajá” no se encuentra y a veces ni se nombra, porque para ellos los “ajá” son un grupo étnico, como orientales y occidentales, pinareños o habaneros; solo es un grupo y no un elemento de culto, -es decir- no se ve este le,emto en todo el gripo nigeriano. No fue hasta la llegada de los egbado que se popularizó el manojo de palmas en la adoración yoruba del Orisha/Vodún.
“Según la tradición , el rey Kokpon de Allada tuvo tres hijos: Meji, Té Agbanlin y Gangnihessou o Ganixësu. Después de una disputa sucesoria, el primero sucedió a su padre, mientras que Té Agbanlin partió hacia el sur, donde fundó Adjatché (Porto Novo), y Gangnihessou se dirigió al norte para establecerse en Abomey, núcleo del futuro reino de Dahomey.” Aquí hay que detenerse y entender que, si bien existió hasta cierto tiempo una unidad, esta se fue deformando y dividiendo, al igual que sus territorios y cada uno de los territorios mantuvo un culto propio a un “Vodún único”y esto ha dado la medida de la gran diferencia, incluso en el mismo Benín de fabricación y adoración de Shapono, incluso manteniendo a éste como “Dios de las Epidemias” pero con muy diversos nombres. Estos hijos a los que hace referencia la tradición son las tres tierras que conformaron la región. Abomey, por solo poner un ejemplo, hace referencia a un muro en forma de cinta y que los “fon” (otra etnia con su propia lingüística) denominaron “agbomé”.
Un caso más que comprobado fue la existencia durante todo aquel período de lo que al parecer fueron las pestes, por lo menos varios de los reyes que habitaron el ya creciente reino murieron de viruela, incluso su primer rey decreta las primeras etiquetas para realizar los funerales, como describen los investigadores. No es, por tanto, un error el interpretar dos vertientes de adoración: la primera incluiría a un Dios que castigaba con la viruela y las epidemias y que como tal se debía mantener bien servido, y la segunda variante sería más proclive a la adoración de reyes, a los cuales entre sus características notables se le unía la causa de muerte; la viruela en este caso. Veamos los relatos y comprobemos las hipótesis:
“De acuerdo a la cronología de los reyes de Abomey, Aho sucedió a su padre Dakodonu, que anteriormente había suplantado a su hermano Gangnihessou.[1] Después de numerosas batallas con los pueblos vecinos, el rey Aho (1645-1685) logró erigir un verdadero reino y, tras adoptar el nombre de Houegbadja o Wegbadcha, demostró ser un eficiente organizador, creador de una estructura política en la que era predominante el elemento militar. Entre otras cosas, determinó las funciones de los principales ministros (gbonugä), estableció una etiqueta en la corte y decretó las primeras reglas relativas a los funerales.” Aquí se debe conocer que entre los rituales funerarios se establece la sepultura casi inmediata del cuerpo para evitar la propagación de epidemias.
“Sucesor de Houegbadja fue su hijo Houessou Akaba (1685-1708). Por haber alcanzado el poder muy tarde, adoptó, para recordar el hecho, la siguiente divisa, plena de filosofía: "Pese a su lentitud, el camaleón consigue llegar a la copa del bómbax". Con todo, dispuso del tiempo suficiente para lanzar vigorosos ataques contra los habitantes de la zona del río Wemé. Murió de viruela durante una de estas campañas, y su sucesor, Agadja o Agadcha (1708-1740), consiguió para Dahomey soberanía internacional, independizándose de Allada en 1715. Careciendo de suficientes efectivos masculinos, fue el creador de un cuerpo de tropas femeninas, las famosas amazonas, que debían ser vírgenes o al menos sometidas al celibato. Durante su reinado, Dahomey se extendió hasta la costa del golfo de Guinea, estableciento contacto directo con los europeos: en 1724 conquistó Allada y posteriormente el reino costero de Savi, que controlaba el importante puerto de Ouidah (Whydah).[2] No obstante, fue derrotado por los yorubas de Oyo, que habían devastado Porto Novo, con los que tiene que pactar vasallaje y aceptar pagar un tributo anual compuesto por cierto número de esclavos (41 muchachos y 41 jovencitas), así como diversas mercancías.” De esta historia devienen miles de aclaraciones que nos deben arrojar mucha luz sobre el culto a Shapono e incluso explica el por qué en Cuba las formas de culto fueron controladas por un grupo u otro. La primera deducción es la enfermedad de su soberano “viruela”, al parecer el territorio era muy propenso a las pestes de la época y sus soberanos dedicaron gran parte de su reinado al control de las mismas, siempre invocando a su espíritu “vodún”. Pasando esto nos encontramos con un grupo de amazonas vírgenes, ¿será por ello que se dice que la procedencia de Iyewá es de aquella región? Towosi, nombre de guerrera que ellos dan a nuestra Iyewá sería la patrona de este clan de mujeres guerreras? Ya en Cuba esta orisha optuvo un cariz mucho más alejado, pero siempre Yorubas y Ararás se han disputado su procedencia. Estas observaciones deben ser hechas porque recordemos que en África todo se deificó y es por ello que un árbol se convierte en un dios y una otá en un Orisha. Otro contacto que salta a la vista es la pésima relación entre los Oyó y los Dahomeyanos. Se sabe a ciencia cierta que el Reino de Oyó invadió más de diez veces el territorio de Dahomey hasta casi tomarlo por completo; y es más que seguro suponer que de no haberse encontrado los franceses y británicos en suelo africano el Imperio Oyó hubiese absorvido totalmente el territorio de los Adya. Poniendo interés en esto, entendemos tres mitos que arraigaron en Cuba:
- El por qué Azowano maldijo a la tierra de Oyó. Seguramente la maldición la profirieron los dahomeyanos debido a la invasión y más que seguro es que se haya invocado al Vodún Shakpata para que acabase con los oyó en señal de venganza.
- El por qué los Oyó solo usan una especie de talismán para alejar la maldición proferida.
- El por qué la renuencia de los Oyó de dar cabida a esta deidad en la Lerí del iniciado y utilizar otras deidades sustitutas que controlasen de igual forma las epidemias.
Hay que recordar que todo en esta vida es una realidad convertida en mito, la realidad es que los Oyó acabaron con el Reino de Dahomey, pero respetaron sus dioses transformándolos y adaptándolos a sus necesidades, sin embargo con Azowano tejieron otra historia y no popularizaron el culto entre sus ceremonias, solo en Cuba se complementaron los rituales gracias al pueblo vecino de los Dahomey: Los Egbado, que también sostenían una lucha muy dura contra los Oyó que deseaban un reino vasallo. Lo común en toda sociedad es que dos atacados se unan contra un atacante; esto se traduce que: entre dahomeyanos y egbas la relación fuese mucho más estrecha, ambos enemigos de los Oyó. Esta razón es la causa de que en Cuba la ceremonia que hoy conocemos de Azowano o Babalú Ayé fuese confeccionada casi en su totalidad por Egbas y Ararás. La historia no culmina allí y se conoce que la salvación del estado estuvo dada por el comercio con Europa, sin embargo los primeros historiadores relatan algo muy escalofriante.
“El contacto con los comerciantes europeos dio a Agadja el sobrenombre de Hwito (“el que toma el camino de los barcos”). El máximo esplendor de la dinastía coincide con este reinado, entre otras razones por abrirse en el comercio con los europeos a través de la costa. Por otra parte, la organización política y social va tomando un carácter institucional. Los antepasados del rey eran objeto de culto religioso con sacrificios humanos. El Estado, centralista y totalitario, pasa a controlar minuciosamente la reproducción y el número de habitante.
La fuerza de la aparición de Dahomey no podía menos que inquietar a Oyo. Y desde este momento una terrible competencia va a oponer a ambas potencias, que aspiraban a controlar el principal tráfico de la costa, es decir, el comercio de esclavos. Además Oyo y Dahomey van a competir brutalmente con Ashanti, que había conseguido asegurarse ese mismo papel en el Oeste. Dahomey no se doblegará nunca del todo y proseguirá sus incursiones por toda la región entre el Volta y el Níger.
A mediados del siglo XVIII, el reino optó por basar su potencia únicamente en el tráfico de esclavos, erigido en monopolio real durante el reinado de Tegbessou (1740-1774). Pero, el país conocerá luego un largo periodo de depresión. El ejército, descuidado por un rey poco guerrero, no resolvió el problema del aprovisionamiento y la venta se resintió tanto a causa de la guerra de Independencia norteamericana como de la Revolución francesa. Además, el sistema comercial tradicional, basado en los fuertes europeos de la costa, también entró en decadencia.
El asesinato de Agonglo (1797) y la caída de Adandozan (1818) confirmaron la gravedad de la crisis. No obstante, la situación fue enérgicamente enderezada por Ghézo, que reinó durante cuarenta años (1818-1858) y se reveló como un gran estadista. Este monarca tuvo la habilidad de introducir varias innovaciones, entre las que destacó la producción y comercialización del aceite de palma. Durante su reinado la población del reino paso de un millón de personas al doble, producto de las grandes conquistas que logró.[3]
Seguramente al percatarse que el nuevo producto podría significar un aumento de las ganancias, reforzando las obtenidas del comercio de esclavos, Ghezo comenzó a tomar medidas para alentar este nuevo comercio a partir de la década de 1840, declarando a la palma un árbol sagrado, y prohibiendo su corte. Ghezo dio también un paso crucial en la transformación del kouzou, tipo de impuesto sobre la producción agrícola, introducido durante el reinado de Houegbadja, en un impuesto pagable en aceite de palma por todos los cultivadores y colectores de palma por un importante dignatario, el Tavisa. El rey también se asoció con un comerciante de Marsella, Louis Régis, que se estableció en 1843 en el antiguo fuerte francés de la costa y facilitó la entrada del aceite en el mercado metropolitano.
Todo esto originó una nueva prosperidad, que permitió al país liberarse de la tutela de Oyo y encontrar una alternativa al comercio negrero, combatido por la escuadra británica (bloqueo de 1851) y comprometido por las derrotas sufridas por las tropas de Dahomey contra los egba (vergonzosos fracasos de 1851 y de 1864 frente a Abeokuta).
Aunque con menos éxito, el rey Glélé (1858-1889) continuó con la misma política. Más belicoso y menos interesado por los problemas económicos, tuvo la mala suerte de gobernar en una época en que se acentuaba la presión de los comerciantes franceses, descontentos a causa de una fuerte presión impositiva y por la competencia, cada vez más dura, de los británicos.”
Como se pudo observar, los antiguos amigos “Egbas y Dahomey” terminaron por enfrentarse nuevamente, pero ya para los años en que esto se produjo, las principales sacerdotisas de ambas tribus se encontraban en Cuba y la esclavitud estaba casi por terminar; es decir, ni siquiera se enteraron de que se había producido una nueva guerra entre sus tierras y por ello siguieron en Cuba como si nada ocurriera, compartían algunos de sus rituales en franco respeto y hasta cierto punto un comprometimiento fraternal.
El otro tema era aquel del sacrificio de humano, algo impensable para los Oyó y Egbas de la época; al final nada bueno veían los habitantes de Oyó en la forma cultural de los luego denominados “Ararás”. Si se quiere ver la forma de vida del pueblo dahomeyano hay que fijarse en su estructura:
“El rey, designado entre sus hijos por su predecesor, era un personaje sagrado, ante el cual todos se prosternaban. Designaba numerosos dignatarios, entre otros a dos ministros que disponían de grandes poderes. Las numerosas mujeres del rey se dividían en mujeres verdaderas (algunas de las cuales ejercían cierto control administrativo sobre los funcionarios), esclavas, mujeres viejas atendidas y amazonas, que combatían y tenían que permanecer castas. El “pacto de sangre” establecía una fraternidad entre los pactantes y se había convertido en un medio de reclutar agentes y espías para el gobierno.
En un rincón del palacio real un compartimiento contenía sacos de rafia llenos de guijarros: era el censo. Cada saco representaba un poblado, con un guijarro por persona, repartidos estos por edad y por sexo. El censo servía para la movilización. El rey y sus ministros conducían el ejército en las habituales guerras.”
Cabe destacar que no eran tan pobres como nos lo hicieron creer y debo aclarar que los museos de Benín son de los más ricos de toda África, incluso más expléndidos que los de Oyó o Egbadó por mucho. “Pero… ¿qué nos dicen los primeros historiadores europeos de sus visitas a Dahomey en cuanto a costumbres?:
“Los viajeros europeos que visitaron el país quedaron impresionados por el culto a los antepasados reales. Especialmente a la muerte de un rey, se le tenía que rehacer un reino en el más allá, mediante ofrendas y numerosos sacrificios humanos. Anualmente, se realizaba también otra celebración en honor de los antepasados reales: la llamada fiesta de las “Costumbres”. Era esta una ocasión para que el rey hiciera ostentación de sus riquezas a los ojos del pueblo, así como para distribuir una parte de las mismas; los numerosos sacrificios humanos que acompañaban esos actos desencadenaron, en vísperas de la conquista, la vindicta de los “filántropos” europeos. Otras circunstancias (por ejemplo, la partida hacia la guerra o la construcción de un palacio) exigían también sacrificios sangrientos.
De esta manera, Dahomey se presentaba como una fórmula forzada de monarquía absoluta, de derecho divino y divinizada, que exigía numerosos sacrificios a los individuos. El monarca dahomeyano era, efectivamente, un rey cuyo poder, que parece autocrático e incluso sanguinario, reflejaba la dureza de los tiempos. Pero la dictadura estaba lejos de ser absoluta: los ministros debían ser consultados, la tradición respetada y escuchados los dioses vodun.”
Volvemos al tema de los sacrificios humanos. Si vemos lo que sucede en Haití donde sí caló bien la herencia Dahomey para crear una nueva religión llamada Vudú entederemos muchas controvertidas prácticas impensables para el lucumí venido de Oyó y de Abeokutá.
Cabe señalar que los principales objetos de culto eran tambores, pájaros y lanzas, luego se incorporaron: mazas de guerra, cajas de yesca (lo que hoy se llama yara yara) y hasta una jarra de índigo en representación a cuando el rey mató a un campesino para quitarle sus tierras.. en fin, elementos que hoy no se ven del todo en los múltiples templos de las naciones que antiguamente conformaban el Reino de Dahomey.
Lo siguiente explica el por qué incluso entre los mismos Dahomeyanos se venera todo distinto… La verdad es que no eran tan unidos como pensabamos:
Behanzin (1844 - 10 de diciembre de 1906 en Blida, Argelia) es considerado el undécimo (si Adandozan no es contado) Rey de Dahomey (hoy Benín). Al tomar el trono, cambió su nombre de Kondo a Behanzin. Sucedió en el mismo a su padre, Glele, y reinó de 1889 a 1894. Behanzin fue el último gobernante independiente del Reino de Dahomey establecido a través de las estructuras de poder tradicionales. Fue un gran mandatario que encabezó la resistencia nacional durante la Guerra de Dahomey.
Sus símbolos son un tiburón, un huevo y un cautivo colgando de un asta (una referencia al fanfarrón y rebelde médico de magia dañina de Ketou a quien el rey colgó de un asta como castigo por su soberbia). Pero su más famoso símbolo es la pipa de fumar. Esto es porque él afirmaba que no había un minuto en su vida, aún cuando era un bebé, que no estuviera fumando.
Si se quiere entender el por qué los dahomeyanos eran tan mal vistos por sus contendientes e incluso por los reinos vecinos, aquí una muestra:
“En 1892, los soldados de Abomey atacaron poblados cerca de Gran Popo y Porto-Novo en un intento de recuperar las antiguas fronteras de Dahomey. Esto fue visto como un acto de guerra por los franceses, que reclamaron sus intereses en ambas áreas. Bayol, para entonces nombrado Gobernador Colonial por los franceses, le declaró la guerra a Behanzin. Las fuerzas armadas francesas justificaron la agresión al caracterizar a los dahomeyanos como salvajes con necesidad de civilización, y señalando a lo que ellos llamaban el "sacrificio humano" de las costumbres anuales y en la muerte de un rey, y a la continua práctica de la esclavitud, como evidencia de esta salvajía.”
“[…] en el Musée de l'Homme en el Palais de Chaillot en París, hay una gran pintura ilustrando el salvajismo aludido de los dahomeyanos, de una batalla en la guerra contra Dahomey donde una amazona de Dahomey mata a un oficial francés al rasgar su garganta con sus dientes afilados. Sin embargo, la historia es algo más compleja, ya que los relatos tradicionales del evento tansmitidos en Benín nombran a las amazonas como esposas de confianza de Behanzin que habían jurado vengar a los miembros de la familia real que habían sido ejecutados por Behanzin por traición después de divulgar planes de batalla a cambio de sobornos por los agentes franceses. Además, el oficial francés en cuestión era supuestamente la cabeza de la inteligencia militar francesa que cometió el acto "salvaje" de sobornar a miembros familiares para traicionar a los suyos; la amazona se limitó a usar sus dientes después de que sus municiones se agotaron a mitad de la batalla.”
El sistema religioso y la estructura jerárquica de las deidades del Panteón Dahomeyano aún es tema de debate, esto se debe a que si bien, existe una pareja de dioses comunes a las naciones estos se intercambian funciones con solo cruzar de un poblado a otro. La jerarquía más aceptada es la siguiente:
Mawu-Liza ó Lissa: Es el Dios Omnipotente (en la tribu Fon, mayoritaria en Benin). Es un Dios andrógino para algunos y la mitad femenina para otros, asumiendo el arquetipo dual; hombre-mujer. Según la mitología la cara de Mawu es la Luna y la cara de Liza (varón) es el Sol. La madre de ambos es Naná Burukú. De Mawy y Lissa se desprenden los “vodunes”que habitan cielo, mar y tierra. Se cuenta que de esta unión nacieron nueve vodunes, algunos de ellos, por no decir todos, son gemelos. El estandarte de Mawu es una Luna y un solo seno.
*Los “Vodunes” no son más que emisarios entre los seres humanos y los dioses que habitan el cielo y el espacio; son el equivalente de nuestros orishas, pero con diferencias abismales en cuanto a ceremonias se refiere. Los “vodunes” hijos de Mawu y Lissa, son:
1 y 2do: Da Sodji y Nyohwe Ananu: Fueron los mayores, gemelos inseparables que acuparon la riqueza y la viruela.
3ro: Sogbo ó Hevioso quedó en el cielo porque era andrógino, controlando la lluvia y el trueno, castiga a los malechores y asume los mismos atributos que Shangó y Oshosi en el panteón Yoruba.
4to y 5to: Agbe y Naete controlaron los mares y océanos.
6to: Agé quedó a cargo de los árboles y la fauna en general incluyendo la agricultura. Equipara sus poderes a los de Orishaoko y Ozain.
7mo: Gu no tiene cabeza y su cuerpo es de roca, con todo esto se le encomendó la forja del hierro y el arte de la guerra.
8vo: Djo, que no es un espíritu sino el mismo aire. Controla que los demás “vodunes” sean invisibles y se muevan mediante el aire.
9no: Legba es el hijo menor de Mawu, quien decidió que fuese su vocero, porque según bajaron los hijos a la tierra y los demás a cielo y mar su idioma se les olvidó, conociendo Legba todas las lenguas es quien comunica a Mawu lo que dicen sus hijos y viceversa, por eso es el primero y quien protege las ciudades de culto de los Fon.
Estos son los nueve hijos de Mawu y Lisa. Que a su vez crearon a otros como:
Dan Ayido: El arcoiris, símbolo de la riqueza y de los pactos entre cielo y tierra.
Dan ó Dangbé: Es el Dios de las Pitones y se confunde con Ayido, por lo cual en Cuba nuestro Oshumare además de ser el arcoiris es la serpiente, simbolizado por un pitón.
Tohossou: Es el dios de las aguas y lagunas, dueño de los monstruos. Se representa también en los pozos de agua.
Hobo Vodún: Dios de los gemelos.
Kinnessi: Dios de la brujería, sería algo parecido a Ozain.
Atinmévodun: Dios de los árboles.
Zo Vodún: Dios del fuego
Cuando se habla de Arará no se está hablando de un grupo diferenciado, sino de un grupo multiétnico de una región (ewe, adja y fon). Arará en lucumí vendría a significar “Otra Tierra”; Ará en lucumí quiere decir tierra. Los principales secerdotes de Dahomey llegaron a La Habana y Matanzas respectivamente, pero la regla que crearon con aportes de las demás etnias yorubas solo supervivió en Matanzas con muchas modificaciones estructurales, como vaga recreación de lo que allá se hacía. Algunos autores aseguran que Arárá no significa otra tierra, sino a la cuidad de Arada donde eran vendidos. En Matanzas se conservan varios templos, pero debo advertir que ninguno trabaja igual; ejemplo de ello es la Casa de los Zulueta, fundada por Marcos Zulueta, esta casa se encuentra a escasos metros de otra sociedad llamada Sociedad de San Miguel, creada por Esteban Baró; sin embargo siendo ambas “Casas” de orígen Arará sus vehículos y rituales de consagración son completamente distintos, recreación de la misma Dahomey, donde si bien existe un “Vodún” común, Azowano en este caso, los rituales son completamente distintos. Identica situación presenta la sociedad Araoko, Ayá Fukalawó, Iré Amoreyé, Iré Moyokán etc… todas en la misma  provincia de Matanzas.
El método utilizado en el culto a Azowano varía de casa en casa y el primero de todos fue un sistema de cábala compuesto de una caja de cuatro compartimentos con cuentas de diferentes colores, otros optan por las oraciones, “caballos”, obbi y diloggún (añadido muy posterior).
Tal cual las ceremonias son diferentes así mismo ocurre con el nombre que adquiere cada “vodún”:
Elleguá: se le dice Afrá Kubije Ga, Elewassó y Zaneto en la Ciudad de Matanzas. Jurajó Tatuó en Jovellanos, (Casa de Baró). Topo Yayino en el mismo Jovellano (Casa Zulueta). Jundajó en Perico  y Afrá en Agramonte. La mayoría de las casas lo celebran el 29 de Junio (San Pedro) y solo la de Perico lo festeja el 13 de Junio ( San Antonio de Padua).
Oggún: Gum en Matanzas, Ajoggún en Jovellanos (Casa de Baró), Ogguyé en el mismo Jovellanos (Casa Zulueta), Cuacho Cuacoturio ó Aladdekó en Perico.
Oshosi: Ashé en Matanzas, Aggé en Jovellanos (Casa de Baró), Wewé en el mismo Jovellanos (Casa Zulueta) y Aggidai en Perico.
Babalú Ayé: Parará, Aluá y Asoyín en la Ciudad de Matanzas, Aluá, Daluá ú Ojundegara en Jovellanos (Casa de Baró), Adipreti y Ayáo en Jovellanos (Casa de Zulueta), Afrimaye y Alúa en Perico. Cabe decir que cada casa tiene su forma de consagrar a este Orisha, sin embargo todos lo celebran el 17 de diciembre a su forma y costumbre.
Shangó: Jebbioso Aná Ma en la Ciudad de Matanzas y Jovellanos (en ambas Casas) y Acuoso en Perico.
Yemayá: Afrekete en Matanzas, Ferekete en Jovellanos ( Casa de Baró) y en Perico. Ananú se le dice la Casa de Zulueta, también en Jovellanos.
Oshún: Foldún Masé casuísticamente es la misma en todas las Casas Ararás.
Oyá: Odañe en matanzas, Addañe en Jovellanos (Casa de Baró), Yawarinume en el mismo Jovellanos (Casa de Zulueta) y en Perico le dicen Ayéwe.
Y así con todos los Orishas del Panteón Yoruba. Pero lo más curioso es que el único Azowano legítimo y con esto no digo que sea verdadero, sino apegado a la raíz es aquel al que solo se le hacen ceremonias y va totalmente vacío. ¿Por qué? pues porque como ya hemos visto el “Vodún” Djo se encarga de hacer invisible a los restantes, con lo cual, basados en la mitología dahomeyana, “usted solo ve el rostro de los vodunes cuando fallece”. Hay que entender que los lucumís tenemos en un receptáculo otá y diloggún; ése es el Orisha y se puede “ver”, igualmente le consultamos con obbi o diloggún y esto allá sería impensable porque como bien dice su leyenda los vodunes olvidaron su idioma y solo los entiende Legba, más nadie, ni siquiera Mawu sabe cómo hablar con ellos. ¿Qué sucedió en Cuba? Pues que la necesidad de que el vodún hablase hizo que se reprodujeran miles de formas de entender las deidades y aportarles elementos que los acercaran más a la necesidad de los devotos. Cuando usted toma una otá, la pregunta y dice que es Azowano sencillamente está teniendo al orisha, no al “vodún” porque si fuese vodún sería entonces invisible y si hablase con usted entonces dejaría de serlo totalmente porque los vodunes “no hablan y no se ven porque Djo los ha hecho invisibles” La veneración dahomeyana y que nosotros llamamos recptáculo, no es más que un recipiente en el cual se le depositan ofrenda a esas entidades invisibles… creo que se entiende.
Fíjese bien que en algunas Casas de Matanzas apegadas en un porcentaje mínimo a los rituales de dahomey solo basta una canasta con awán para rendirle tributo al “Vodún” Azowano, no se precisan otás, diloggún ni nada de lo que utilizamos los yorubas, por eso es que por mucho que en La Habana sigan de Azowano ortodoxo, sencillamente sigue siendo Babalú Ayé Lucumí porque tiene otá y diloggún; que es lo mismo que ver y tener a la divinidad en posesión.
Los caminos que se le achacan a Azowano, en realidad no son caminos, porque en la mitología dahomeyana no existen estos, la realidad es que según la historiografía el nombre de un “camino” no es más que el nombre que va adquiriendo el “vodún” en cada pueblo donde se adora y en cada pueblo posee una característica propia; es decir, no avatares ni pasajes de un mismo vodún, sino el mismo vodún con el nombre que le han dado sus pobladores. ¿Cómo es que se pusieron caminos? Pues por la influencia lucumí de Egbas y Oyó, quienes en cada invasión veían un culto distinto a un “vodún” que compartía algo en común con el resto “la cura de epidemias” con lo cual no les resultó problema alguno decir que eran “caminos o situaciones” del mismo vodún a su paso por cada aldea; esta realidad fue la más acertada para Oyó, pero no para los dahomeyanos y es por eso que incluso en nuestras Casas Ararás se venera a Asoyí, Alúa etc… y no buscan avatares o caminos porque para ellos este “vodún” no los tiene.
Cabe destacar que en el culto a Sakpata no están presentes muchos de los elementos con que trabajamos los Lucumís: agua fresca, obbi, cantos, ewes, así como animales.
Las variantes de adoración al Orisha/Vodún de la viruela y las pestes ha variado según cada casa y se ha fabricado de acuerdo a cada Olorisa. Podemos no solo decir que existen los abiertos y los cerrados, esto sería simplificar algo que es más complejo de lo que se cree. El entierro de Azowano o Babalú Ayé se practica en algunas ramas de la siguiente forma:
1- Los que viven enterrados siempre en microtemplos, casi todos tipo bohío y es allí donde se realizan las inmolaciones y ofrendas; sobre la tierra que alberga quizá un simple elemento de culto.
2- Los que son enterrados siete días (añadido Yoruba) por ser siete días –supuestamente- los que demoró Olofin en hacer el mundo. Esto está más relacionado con el cristianismo que con el culto animista puro africano.
3- Los que son cargados con tierras relacionadas con el “vodún” en cuestión y que luego de inmolarle los animales son cubiertos con estas tierras y luego sellados con su tapa.
4- Los que no entierran al “vodún” ú Orisha, sino que entierran al awán, muy parecido a la ceremonia de Orishaoko.
5- Los que no practican enterramiento de ningún elemento ni de la propia deidad.
Siguiendo el curso lógico de las cosas nos encontramos con que Azowano lleva otá, esto es igualmente confuso, digamos que no es confuso, sino que cada cuál aportó numéricamente lo que creyó:
1- Siete otás negras chinas pelonas.
2- Siete otás porosas.
3- 1otá porosa.
4- 1 otá barrenada y cargada.
5- Los que no llevan otá (verdaderos vodunes).
Los elementos anteriores no describen en nada que sea algo relacionado con una “Casa”, pues el status de “Templo” lo da un ritual propio, reglas propias y ceremonias propias; verdaderamente hoy en día Azowano enterrado o sin enterrar y con otás o sin ellas es el mismo, porque la ceremonia se reproduce en casi todas las “Casas” lo único que varía es un elemento u otro.
Voy a citar lo que dice Nicolás Valentín Angarica en su libro “Manual del Oriaté” sobre la visión Lucumí y Arará del culto a Babalú Ayé u Azowano.
“En La Habana, si Osha no umbo en Lerí, no le está autorizado a esa persona fabricar ni entregar a San Lázaro, a nadie; sin embargo en Matanzas, basta que usted lo tenga para que pueda hacer con él lo que quiera y, tienen el mismo valor espiritual tanto el uno, como el otro y, esto, resulta porque en Matanzas hay menos especulación con San Lázaro que en La Habana. Allí usted sabe lo que lleva porque lo ve todo. Todo se hace como los santos lucumíes y el santo es el mismo. Para hacer un San Lázaro: Icoco (cazuela), siete otás chinas pelonas, 18 dilogunes (caracoles), iján (escobilla de varillas de penca de guano o coco aforrado con cuentas de collares y caracoles, según el camino de San Lázaro, 1 leque (collar) y come : Ouco (chivo), acucuo (gallo), etú (guinea).
También se le hace aguan y este aguan lleva toda clase de granos crudos y etú y, todos estos, mas o menos es lo que se hace en la otra tierra arará, que va a la cazuela cerrada.
Es necesario que se sepa, que en la tierra arará, todas las fabricaciones no son iguales; hay santos que la cazuela va vacía con su ceremonia solamente y, va completamente vacía porque estos santos que la cazuela no lleva nada, trabajan con el viento o mejor dicho, con el aire y, así es por lo que no necesitan nada dentro. Así que estos enseres se componen de una cazuela vacía, repito, ijan y leque del camino del santo que sea.”
Luego de haber leído esto sacamos las siguientes deducciones:
1- Que los primeros asentamientos de La Habana no aceptaban la entrega de una deidad que no hubiese estado en la cabeza del individuo. Con lo cual, la forma ó pseudoforma que se implementa hoy en La Habana es la forma matancera.
2- Que al igual que Orishaoko, en el receptáculo de Azowano se deposita un poco de todo con lo que la persona se limpió; es decir la carga o secreto no es más que el mismo awán.
3- Habla por primera vez de el Azowano vacío, el verdadero “vodún” al que Djo hace invisible, porque Djo es el aire.
Debo aclarar que la ceremonia “arará” y “lucumí” se funden en una sola y ninguna puede decirse pura por el simple hecho de la mezcla que existe entre uno y otros. Un ejemplo más que absurdo es la utilización de aceites y ewes en el Ozain de Babalú Ayé. Es sabido por todos los investigadores que la mayor producción de aceites escenciales se encuentra en territorio dahomeyano, actual Benin, y no es una práctica reciente, precisamente la obtención de aceites fue la ambición francesa que conllevó a la colonia. Sumado a lo anterior entenderemos que una persona enferma de viruela o cualquier síntoma cutáneo reacciona de una forma extrema al escozor que producen las hojas trituradas sobre la herida;  de esta forma se entiende el por qué el “Ozain Dahomeyano” no utiliza ewes, sino aceites. Si existe un botánico, ese es Ozain y ¿El aceite de verbena no es Ozain?. es Ozain, desde luego, porque Ozain es la planta, da igual si usted la rompe, la mezcla con oleos, lo que sea, sigue siendo medicina que es lo que representa nuestro omiero, pura medicina para tratar, desde dolencias físicas hasta espirituales. No concuerda la utilización de ewes específicos en el omiero de Azowano, porque los aceites son de todo tipo, de cualquier planta se extrae aceite. Las ramas al cruzarse hicieron o procuraron hacer una doble gestión de los poderes de Ozain: “17 aceites y 17 hierbas” y esto nunca fue así; o se hace con ewe o se hace con aceite… si se quiere incluso ir más allá podemos decir que si utilizamos 17 aceites solo necesitaremos las cuatro hierbas rituales: bleo blanco, verdolaga, prodigiosa y hierba fina, y de esta forma ya es un ozain con veintiún ewes. Con todos estos elementos, cualquiera que reclame un rito de Ozain, aún cantado en lengua arará en el que se mezclen hierbas y aceites falta a la verdad o es víctima del desconocimiento, porque usted está haciendo un Ozain doble, melli si se quiere decir…
La otra cuestión es el vino seco y el agua de coco en la consagración y aquí una vez más los coronados en lucumí faltamos a nuestros ritos y lo cambiamos por otros; no perdiendo de vista que nuestras “coronaciones” no se hacen según Osha, sino “Santería”. Cuando usted en lucumí cierra una cazuela de Ozain, obligatoriamente esta lleva agua de río, que se almacena en una tinaja; Egbe vive en esa agua estancada y solo mediante Egbe se purifican las cazuelas rituales… Si usted por el mero hecho de no utilizar aguas en la consagración de Azowano vierte agua de coco y vino seco para cerrar la cazuela, simplemente esa cazuela no vale ni aquí ni allá, porque primeramente el Obbi es del tamaño de una nuez, sin embargo el coco que usamos nosotros se llama Ogbón y no posee valor alguno más allá que el de la adivinación y la sustitución, como mal simulacro de la nuez de kola o el obbi. Entonces usted jamás revivificó la cazuela de un Ozain que usted cantó en lengua yoruba, por tanto usted hizo una mezcla que no da nada, porque no da un “Vodún” por la presencia de ewes y no da un “Orisha” por la falta de Egbe. ¿Qué da? Pues da una cosa que no tiene nombre.
Recalco una vez más que en la corte de los hijos de Mawu-Lissa todos los “vodunes” son hermanos y dos viven en las aguas, entonces la utilización de agua en las consagraciones de Azowano sería separar los vehículos que conducen íntegramente a Mawu; sin contar que en Nigeria ni siquiera han oído del agua de coco y nuestro vino seco; mas bien conocen el vino de palma, que en Cuba no existe.
En los patakí de Erindiloggún e Ifá nace en Eyeunle la ceremonia del Omi Tuto a Osha como rito imprescindible antes de cualquier ceremonia, porque brindar agua a Osha es muestra de respeto, de paz y depuraciones. Incluso allá en África es cortesía brindar una gran jícara de agua a los visitantes para calmar la sed, por lo cual no ven nada malo en brindarle agua fresca a Azowano. Pero vamos más allá, cuando bajaron las 401 deidades (entre ellas Babalú Ayé), el primer ebbó que se marcó para poder bajar fue con una botella de otí (aguardiante) que allá no es de azúcar sino el ya mencionado vino de palma y por ello decimos “fon fo otí oo” y luego brindamos agua que es el segundo elemento ritual y decimos “fon fo omí ooo”, luego lanzamos el diloggún y si esto no se hace no nace Osha, Si cambiamos el agua fresca por agua de coco no es omí, esto olvidando que el vino seco sustituya al aguardiente.
Si usted está versado en los patakí yoruba sabrá entonces que para la consagración de Babalú Ayé se hacen necesarias tres aguas: Río, Pozo y Lluvia. Oshún permitió a Babalú que se bañase en sus ríos a cambio de que Ikú dejase en paz a los hombres y por eso es que en Matanzas se corona Oshún con Oro a San Lázaro, Naná Burukú dio de beber a Babalú de un pozo para que este se refrescara y Olofin envió lluvia (aguas del cielo) que limpiaron las llagas del moribundo Obbalú-Ayé. Entonces si usted es Lucumí utilice lo que va en su tierra para Orishas que se veneran en su tierra y deje que los Ararás usen lo que deseen porque ellos tienen otro sistema. El agua de coco y el vino seco no son más que complementos del Ozain y fíjese que muchos Oriatés hablan de que el framboyán es imprescindible en las consagraciones de Azowano, perdiendo de vista que el único árbol que Azowano maldijo fue al framboyán, porque ahí le gustaba descansar hasta que Oyá envió viento y lluvia, creando una ciénaga que infectó las llagas de Azowano, maldijendo este el árbol de la Ayabba de Takúa, por eso cuando florece no se debe pasar por debajo porque anuncia enfermedad de los niños.
Hoy en día todos buscan a Azowano en Matanzas porque dicen que allá es rey y en la yoruba no… eso es cierto, allá es Rey y aquí (Lucumí) es Padre del Mundo, quédese con la que quiera, pero no menosprecie lo que usted no conoce, es más, allá le harán lo mismo que aquí porque los de aquí y de allá se enseñaron mucho y veremos lo que cambia. Lo siguiente es una ceremonia en Arará, la cual respetamos, pero sabemos que tiene sus huequitos.
El primer hecho es que  cuando el Iyawó “azio”  entra al cuarto se le da una paloma en los pies y toca igual que nosotros pero en su lengua, su idioma. Esta práctica es puramente Oyó, aceptada y realizada por ellos; es decir, hacen lo mismo. De igual forma lo bañan con el omiero.
El segundo hecho es que coronan en pilón y con estera, igual que nosotros, solo cambiando la firma del suelo que se hace en una tabla redonda y usando colores contrarios a los nuestros. Se presenta igual la navaja por el “Bokono” que es el Babalawo de ellos y se raspa igual, pero solo la mitad de la cabeza, pintan círculos igual -como dije-, con colores diferentes y luego los fifis igualito que nosotros, se le ponen nueve pañuelos y se hace oro igual que en lucumí, simplemente en otra lengua.
La otra cuestión paradójica, es que en Arará cuando levantan al iniciado no lo levantan tampoco como el rey que muchos aseguran, sino que le colocan dos muletas y así le dicen que camine casi a rastras hacia el trono. No hace falta decir que las muletas y la situación en que se recrea la historia es puramente sincrética con el San Lázaro de las muletas, cosa que allá en Dahomey no es así en absoluto.
La ceremonia continúa acostando al iniciado boca abajo, cubierto por una sábana blanca a la que arrojan tierra, pescado, justía, maíz tostado, miniestras, trozos de ñame, vino seco etc… esto es la recreación de la muerte de Azowano y posterior resurrección. Los presentes barren todo esto con los ja que ya hemos dicho que no es una escoba sino un cetro y símbolo de unidad y luego quitan la sábana, la trenzan y la colocan sobre el pilón sobre el que se sentará al iniciado. Esta representación si tomamos la biblia nos recuerda pasajes de la resurrección de Lázaro y de Cristo.
El día del medio se pela la otra parte de la cabeza que se pinta de rojo y la otra mitad blanco, algunos ponen sus firmas con los dedos y siempre los “bokono” pintan los mellis etc… Cabe decir que nada de esto es propio de los dahomeyanos que es la tierra de los arará. La consagración por mitades ya se encontraba en matanzas en Aggayú, al cual se le hace la misma ceremonia, pelando mitad el primer día y la otra mitad el tercero. Luego hacen el itá los babalawos, que dicho sea de paso, rezan muchos oddun en yoruba y no en fon. Luego del Itá se realiza el almuerzo y se va al río a enterrar la estera con el ebbó, el pelo que se cortó y se le da cuenta a Ibú Losa, aquí falla algo, Ibú es río en lengua lucumí y Losa que deviene de Olosa es la Guardiana del Río; es decir no se le da cuenta a Foldún Masé que es el vodún equivalente a Oshún, entonces lo que estamos viendo es que no se llaman a los vodunes por su nombre sino por el nombre que daban los egbas a la guardiana de los ríos; porque dicho sea de paso, Losa u Olosa es el cocodrilo que cuida el espacio fluvial, antes de saludar a Oshún se saluda y rinde tributo a Olosa. El obbi que se da al río antes de sumergir y bañar al Iyawó no es Oshún quien lo recibe, sino Olosa, que es la que deja pasar, si usted se mete sin su permiso vendrá un gran caimán y se lo comerá a usted, según los mitos lucumís. Entonces se hacen las cosas en arará o una mezcla que es la misma que cualquier lucumí podría hacer y que está tan mal vista por las personas hoy en día.
Otra de las cuestiones referentes a las ceremonias previas es la de llevar al neófito al monte y allí hacer un ceremonial para Eggun y Azowano, es decir; se incluye a Eggun en una ceremonia de orígen dahomeyano, ya no decimos “vodún” sino Eggun. Luego se le da Obbi y Omi Tuto a la lerí y a Azowano… ¿No se había quedado en que los ararás no usan obbi y omi tuto como nosotros? Entonces esta ceremonia no fue creación de un arará, sino de un lucumí.
Luego van al cementerio (añadido reciente) y allí acuestan al iniciado en una estera y lo meten en una fosa vacía, luego y oigan bien, agarran un poco de agua bendita y perfume, se lo pasan por el rostro y le dicen que se levante. Vuelvo a enfatizar ¿ se usa entonces agua en estas ceremonias? Lo del agua y colonia es espiritismo y no vale la pena hablarlo en este informe.
La carga cuando la hace un babalawo, que no está facultado para dar Azowano le ponen una piedra de Oshún, que no pinta nada ya que según dicen es un rito arará, o como dicen para ganar fama –mala fama- “El Azowano Rey”. Yo expongo que hay dos San Lázaros en la Iglesia: El Obispo-Rey y el Enfermo- Pobre, si el de ellos es el rey ¿porqué la imagen siempre es la del hombre enfermo…? Entonces para usted decir que allá es rey hay que hacer los rtitos propios de los reyes dahomeyanos que le aseguro que le costará el doble, porque en dahomey los reyes poseían mucho poder y muchas joyas. Debemos entendernos entonces una cuestión NADIE sabe a ciencia cierta cómo va Azowano, ¿por qué?, porque éste parte de un concepto propio: la enfermedad y sus terribles consecuencias, todo agrego a estas ceremonias no es más que buscando evitar contagios y enfermedades.
Los cantos para la miel no existen, para lavar dilogunes tampoco y si los hay no son rituales porque en cada Casa lo que usan es un rezo personal, particular y no ritual, porque son “vodunes” invisibles que su único objetivo es ser venerados y punto.
La ceremonia de Azowano en Lucumí “puro” por así decirlo es mucho más sencilla, menos pomposa y menos trabajosa; esto hace que sea muy poco popular y se quiera cada vez poner más y más, pero es muy sencilla, porque Babalú Ayé es Lucumí, un Orisha más, similar a Orishaoko en sus ceremonias y a su método adivinatorio, no habla, solo tiene un lavatorio porque el que sabe de Oddun o se ha leído los patakí sabe que le fueron cosidos en su lengua los dilogunes propios de la divinidad y por ello no puede hablar aunque se le rinda culto. ¿ Cómo va a tener un Orisha capacidad de hablar y sin embargo no pueda ir a la cabeza? Y esto fue lo que causó la polémica con Aggayú.
El Babalú Ayé Lucumí, si bien está influenciado por los fon y egbaddó no pierde el estricto sentido de los ceremoniales tradicionales de la africanía cubana; es decir se mueve pero cambia la liturgia, pero ahora la cambian a voluntad y dicen que la rama tal, y usted debe saber que una litiurgia es una liturgia, y una forma de hacer la liturgia es lo que se llama rama. No deben confundirse conceptos por el mero hecho de crear algo que no es puro porque sencillamente no nacimos allá. Si usted fabrica babalú cerrado o no, es cosa de su rama, pero lo que no puede faltar es el Ozain lucumí y los demás ritos, ya eso no es cosa de su rama, eso es cosa de sus inventos. El chivo del awán que se viste y lo montan a usted es cosa suya y de su rama pero no es una obligación porque según Metanlá con lo único que se fue Babalú de la tierra Yoruba fue con la ropa que tenía puesta y si queremos sincretizar el patakí con la iglesia le añadimos dos perros que dicen se los regaló Oggún. En tierra arará en algunas casas sí es obligación, porque dicen que él viajó por la tierra arará cinco días montado en un Bejemonsi que es lo mismo que chivo u Ounko como se llama en lucumí. Que hay menos pompa en el lucumí ortodoxo, es verdad, pero si usted se coronó en lucumí siga su tradición y no tome prestado lo que no es suyo y que no conoce.
Lo primero que se hace en lucumí es buscar otá, ya sean siete, una o veinte y el diloggún. Hay quien pone una otá en conmemoración a que fue Elleguá quien ayudó a Babalú a cruzar a la tierra Aarará, pero no lleva ni 18 ni 21 porque Elleguá es uno y ya habló en itá por sus 21 dilogunes, no hay que lavar otra y recuerde que ya usted tiene Elleguá en Lucumí, no necesita otro, porque estaría brincando de tierra en tierra cogiendo de aquí y de allá, solamente se lavan cuatro caurís a este Elleguá –si se quiere- para preguntarle, porque heredamos de los fon que solo Legba habla y transmite a las divinidades; digo si se quiere porque hay quien no posee ese Afrá porque su Babalú es parte de la corte de las 401 deidades del panteón YORUBA,
Le sigue un registro y es opción sacarle camino o no, porque caminos no tiene, sino formas como ya dijimos y por ello es que el único Ileke que tenemos hoy popularizado es el Yoruba (blanco con rayas azules). El registro que hoy hacen no solo marca un ebbó previo, sino los pormenores de la fabricación de Azowano, porque la enfermedad no se entrega, porque lo que usted fabrica es como ya se explicó un receptáculo que contenga al Orisha para que no lleguen las pestes, es en sí un Ozain o amuleto que rinde culto al que estuvo en su tierra.
Luego que usted hace el Ebbó este se lleva a donde marque Elleguá. Hay casas que riegan carne en la casa para que se descomponga y venga Azowano atraído por el olor, pero esto no es cossa de “Casa” sino formas de llamar la espiritualidad de Babalú Ayé.
El Ozain de Babalú Ayé lleva agua de río, bendita, lluvia y no tiene la menor importancia si es común o de coco, mas por apego y respeto a su segunda patria se pueden añadir, al igual que los aceites, que al ser 17 solo restan cuatro ewes para hacerlo completo, pero queda de cada cual poner más o menos ewes, y ewes yorubas no las que respetamos como el cundiamor que es arará y siempre se respetó en la tierra lucumí.
El diloggún de Babalú Ayé se enjuaga en agua y en otí y luego se arroja buscando lavatorio y allí queda, incluso hay quien lo mete en la cazuela porque no habla más, a no ser por boca de Oshún o Yemayá.
El Awán es idéntico al de Orishaoko, pero lleva tasajo, ternilla y granos, repito, por una costumbre arará. La etú y el pollo al awán es igualmente realizado en Orishaoko, el rito es el mismo, solo se cambian los cantos, de todo lo del awán se pone un poquito en la cazuela de Babalú. Terminado esto se da de comer a Elegba y luego a Shangó –nótese la presencia Oyó- y luego lo que Babalú desee comer, si se sacó camino, de acuerdo al camino, sino, el animal que coja en el registro, pues lo invariable es lo que se va en el awán y no en la eyebbale que se le dé a Babalú, eso sí, solo come: pollones, palomas, codornices, guineos y gallos en el número que se determine. Si los iñales van dentro o fuera, si se carga o no es cosa del Olorisa pero la ceremonia es bajo el rito yoruba.
Hay muchos criterios que nos saltan a la vista, incluso cuando usted lo recibe y de eso hablé mucho en anteriores oprotunidades, pero lo creo necesario nuvamente:
“Para entender mejor esta mezcla cultural africana, indígena y española, que los criollos llamamos santería; debemos ante todo conocer un poco más a profundidad la tradición, y la tradición no es solamente lo que hace tal casa o la otra, sino las deidades del Panteón Yoruba, y recalco Yoruba, porque el cruce de naciones en Cuba ha enriquecido nuestra práctica, pero también nos ha ido alejando del orígen religioso de ciertas deidades.
Para el cubano Azojano y Obbalú Ayé o Babalú Ayé, no es más que el “Viejito Lázaro”que anda con sus muletas y sus perros, recoge diezmos y toma café, harapiento y pobre, pero milagroso entre los milagrosos. Tenemos una fé inquebrantable que hace que el cubano no sea ni yoruba, ni católico ni ateo; somo sencillamente, “creyentes” y como hagamos las cosas, nuestros dioses nos protegen y nos ayudan. Pero… ¿Tienen allá, en África el mismo concepto que aquí de Azojanu u Obbalú Ayé?, pues rotunadamente no. A la llegada de las diferentes naciones cada una puso, quitó, volvió a poner y así hasta que cada cual preparaba sus receptáculos tal cual lo creía, cabe señalar que tanto Yorubas como Dahomeyanos tomaban Deidades prestadas de sus panteones, debido esto al saqueo y dominación; sobre todo de Oyó, digamos que a veces una misma deidad tenía su homólogo en el mismo panteón y sin embargo se veneraban como hermanos o hijos… no es raro pues si vemos que los Romanos adoptaron a los dioses griegos pero bajo otro nombre y ya tenían los mismos homólogos en su panteón, otras religiones y pueblos hicieron lo mismo, los yorubas no fueron la excepción.
Un dato curioso; Ayé Shalunga es el orisha del dinero y la abundancia, también lo es de la salud y la muerte, pues es esposa de Olokun y se venera especialmente en Igbadán y los pueblos en donde la admiración a las deidades marinas es más que una simple tradición. Oshumare Kinkolodde, que se representa por el arcoiris mantiene un pacto con los hombres de otorgarles abundancia, dinero y prosperidad, pues sencillamente y para no dejar a ninguno de lado, la cosa queda en que Ayé es la abundancia y Oshumare el pacto de Olofin con el hombre. Los Africanos a pesar de su política de imposición jamás dieron por falsos los dioses de aquellos pueblos donde dominaban. En el Oyó primitivo existía un poblado llamado Irawo, gobernado por un rey llamado Kuluá, este era soberbio y no quería a nadie, fue contagiado con la lepra y como castigo y redención de sus pecados tuvo que marcharse al campo a labrar la tierra, llamándose Orisha Oko. Esta historia aparece en libros bastante populares, en Los Orishas en Cuba de la prestigiosa antropóloga Natalia Bolívar relata esta historia. Pues bien, usted llega a Nigeria, y en esos pueblitos Orisha Oko es el homólogo de Azojanu, no busque más, usted tiene lepra o viruela y es Orisha Oko o Kuluá quien se encarga del asunto.
En la constitución de Nigeria de los años 60 el culto a Shapono quedaba estrictamente prohibido, pues se acusaba a sus adeptos de ser los culpables de las epidemias existentes en la región.
En la Región Iyebú, donde Inle y Oshún tienen especialmente adoradores, Azojanu, casi que ni se sabe quién es, pues si Inle es la Salud ya con eso basta.
Retomando el tema de Azojanu, comencemos por decir que en Dahomey el Ayá (perro) es tabú para muchas deidades, inclusive Azojanu, pero en nuestro país le ponemos los perros de metal en sus herramientas, un prestamismo del “Viejito Lázaro” que si lo viesen los Dahomeyanos seguramente calificarían de herejía, pues el único animal reverenciado por las deidades es el (Eyá) pez sagrado.
La cuestión de las muletas; esto también se lo “cogimos” al Santo Bueno del Rincón, pues para los Dahomeyanos Azojanu, Shapono o Shakpata (nombres que recibe) su Dios no es un viejo enfermo, sino un rey jóven, fuerte y vigoroso que viste de rojo arcilla y usa bastón de mando y corona de fibras de palma y caurís; incluso flechas. Recordemos que el caurí es el diamante de las deidades, es un artículo precioso.
Tan fuerte es Azojanu para ellos que le ofrecen únicamente toro o buey –sustitutos de los sacrificios humanos-, debido a la potencia de su sangre, en su defecto los pollos, guineas y gallos no son nada extraño y cabe señalar que la mayoría de los consagrados al culto son féminas, tradición que en Cuba sí se mantuvo.
El por qué Azojanu habla por diloggún no es más que un aporte de los Lukumíes cubanos a sus hermanos del Dahomey, aunque estos ya sabían su utilización pero sin entrar en lo que llamamos la forma de oddun que hoy conocemos. Los Ararás dieron algunos elementos que los Lukumí apreciamos hoy, como el receptáculo que vemos hoy, el uso del agua de coco etc…
Obbalú Ayé es Orisha Lukumí, completamente distinto al Azojanu Arará.
En Arará ellos dan Elleguá con sus 21 diloggunes, pero en vez de llamarse Elleguá se llama Afrá. Algunas casas dan Nanú, que no es más que nuestra Naná Burukú, y fíjense bien que las herramientas de Nanú son 7 serpientes y un estómago de metal, las mismas de Naná Burukú a la que algunos le añaden sol y luna, pues es Yembo… Pero en la realidad dos deidades no pueden llevar los mismos elementos:
Nanú: 7 serpientes, estómago de metal, 7 otás, un Ja doblado y collar de siete azules y siete negras.
Naná Burukú: 7 otás, siete serpientes, estómago de metal y un Ja doblado llamado Ibbirí. El collar es igual de cuentas que varían según el camino.
Comen lo mismo etc, etc, etc,. Antiguamente Naná no iba en este combo, solamente Nanú y solo la recibían los del linaje Arará, Afrá era una otá porosa de 21 dilogunes porque ese era su linaje, hoy en día se mezcla todo y se incurre en un grave error y veremos las notables diferencias:
1- Si a Ud. le dicen que le dieron Azojanu, Nanú (que incluso es tan polémico el debate que Nanú en algunas casas es un camino de Azojanu y no una deidad aparte) y Afrá con sus 21 dilogunes ud. no lo puede dar, y es más, quien se lo dio tiene que tener coronado Azojanu directo sin oro ni nada, sino directo.
2- La matanza allá no se hace como aquí, los cantos son muy distintos, inclusive tienen sus propios Babalawos que ellos llaman Bokonos.
3- Si ya usted coronó Osha y se le dio su Elleguá con 21 dilogunes, no puede recibir otro Elleguá con 21 dilogunes también, porque ni siquiera a los omó elleguá se le lavan dos manos de 21, sencillamente se le lava 21 de su Elleguá bocero y la de 18 de su Elleguá cabecero.
Estas son solo unas diferencias, pero hay más. Si usted recibió sus Orishas en Lukumí no tiene que buscar nada en Arará y si lo va a buscar es solo para adorarlo y ningún Obbá, Oriaté o Babalawo lukumí puede entregar u oficiar nada en Arará, y repito, los cantos no son iguales ni siquiera para la matanza ni para el lavatorio.
Otra cosa que cae por su propio peso nace en el oddun Metanlá, donde Babalú Ayé contagió a Daddá de lepra y Aggayú lo condenó a que en su boca fuera cocido el diloggún que portaba; es decir, babalú Ayé no puede hablar, se le impuso ese castigo, cruel sí, pero Inle tampoco habla y a nadie se le ocurre hacerlo hablar directo sino a través de Yemayá. ¿Dónde habla Azojanu? Pues habla en Tierra Arará y por los bokonos, montadores o por diloggún, porque la historia de ellos respecto a la de nosotros es muy distinta.
Entonces qué es lo que se viene viendo, que a usted le dicen que tiene Azojanu, hacen Awán, ese Awán lleva un chivo viejo que usted debe montarlo y se va en el Awán y a esta ceremonia le ponen todo lo que se sabe de Lukumí cuando los Ararás, que fueron quienes hablaron de esa ceremonia la hacen bajo sus cantos y bajo sus procederes.
Topamos con la mezcla de naciones y casas cuando la única cabeza que no se presenta es la del chivo de Azojanu, ¿y por qué? Pues sencillamente porque en Arará esto no se hace y lleva su misterio, pero aquí lo justificamos con cuanto cuento nos inventamos, cuando la solución más acertada es que usted no es Arará, no está formado allá, en sus ritos y sin embargo se mete a inventar paralelismos, y aunque usted se sepa el repertorio, se compre cien libros, si en su puerta de kari Osha estaba un racimo de plátanos y su Ozun se pintó con Blanco, Rojo, Azul y Amarillo usted es Lukumí, coronado en Lukumí y su Ituto será igual en Lukumí, entonces Ud. no puede dar Azojanu, usted debe dar Babalú Ayé, que ni es lo mismo ni se escribe igual, en Lukumí Azojano no significa nada porque es lengua majino, arará, dahomeyano; usted sin embargo sí entiende Babálú Ayé (Padre Grande del Mundo) y esto es porque el único hombre que aún muerto veneró a Olofin fue Obbalú Ayé y el único hombre por el que Olofin lloró se llamó Obbalú Ayé. Afrá usted no sabe ni qué es, sin embargo Elleguá ud. sí lo conoce.
Si Ud. de verdad tiene Azojanu no se lo pude dar nadie más que a un Arará y con sus ritos, los cuales Ud. ni siquiera ve de la misa la mitad, pues como usted no es de esa tierra no ve sus secretos y ellos tampoco ven los nuestros. Si por causa de lo que sea a usted le dan el combo: Azojanu, Naná, Nanú y Afrá pues sencillamente a usted le estan dando dos santos dobles: Naná Burukú Lukumí y Naná Burukú Arará, Elleguá Lukumí y Elleguá Arará. Fin de la historia que luego usted va dando esos santos, los cobra y hasta les da de comer siempre bajo la bandera Lukumí y Azojano no está ni por los alrededores, pero usted le puso fé y bien está, pero no a todo el mundo le ha ido bien; usted sencillamente ha desertado, pero más que deserción, a usted lo han engañado, con mala fé o no… eso es lo de menos, sino que de tanto mezclar no ha salido un buen batido sino aceite y vinagre mezclado que a la larga y por sí solo se separa.
Muchas personas dicen: “Yo voy a recibir Azojano” y cuando vas a la ceremonia oyes los mismos cantos que para Obbalú Ayé, algúno que otro se conoce el repertorio… pero vamos, el Ozain va en Lukumí, o sea la mezcla acapara una ceremonia tan delicada, y ¿quién está dando ese Azojanu?, pues un hijo de Oshún, Shangó, Elleguá etc… ¿Y qué pasa? Que te dicen que usted tiene tronco de cañón y cuando le dices eso a los Arará te dicen que esa ceremonia existe pero no así, y por tanto no te desacreditan pero no ven bien la cosa del roba y roba. No basta con coger un tabaco y echar humo como una chimenea, cuando por si usted no lo sabe fumar delante de las divinidades en África se considera un acto de desprecio e insolencia, imagínese usted echarle humo a las deidades, pero bueno, eso nos lo regalaron los indios y se respeta. Lo del agua de coco lo dejamos pasar… pero en África es señal de cortesía y sobre todo en Dahomey donde Azojanu es rey, el poner frente a la casa una tinaja con agua para que los fatigados beban y como el agua allá tiene un precio muy alto a Azojanu le esparcen mucha agua común para limpiar el camino. Algunos informes dan una explicación al agua de coco, quienes primero experimentaron las enfermedades coléricas fueron los Dahomeyanos y percatándose que era el agua la causa comenzaron a utilizar el agua de coco y de esa forma se limitó el contagio.

LISTA PARA RECIBIR AZOWANO:
- 1 cazuela plana con tapa de siete orificios.
- 1 freidera para Legba ó Afrá ( es opcional si la persona es Olorisha, pues ya tiene su Elleguá).
- 1 Ajá.
- 1 otá porosa o siete chinas pelonas engras, según marque Babalú en el Registro previo al Ebbó.
- Herramientas: 2 perros de metal, 2 muletas y su Osun de perro.
- cuatro dilogunes para Afrá.
- 18 dilogunes para Babalú Ayé.
- 1 cachá que se confecciona con las cuentas del camino *(opcional).
- 1 collar con las mismas cuentas del cachá **(opcional).
- 5 vistas de coco.
- 1 galón de agua de coco.
- 2 botellas de vino seco.
- Tasajo.
- Carne de cerdo.
- Ternilla.
- Miniestras de todo tipo.
- 1 canasta.
- 1m de saco o tela blanca.
- 7 mazorcas de maíz.
- 7 kilos.
- Viandas picadas.
- 1 pomo de corojo.
- 1 botella de miel.
- ½ botella de aguardiente.
- Cascarilla.
- Pescado, jutía y maíz tostado.
- 1 pomito de añil.
- 17 ó 7 aceites.
- Ropa y gorro blancos o de saco.
- Tabaco.
- 5 velas.
- 1 guinea para el awán.
- 1 pollo para el awán.
- 1 pollo para Afrá (si se recibe)
- 1 gallo grifo, 1 etú, 2 codornices. Si se va a hacer con cuatro patas entonces se le puede dar chivo junto a Oshún o carnero y chivo si es por Yemayá. Babalú Ayé solo hable por boca de Oshún o Yemayá.

CEREMONIAS PREVIAS

I REGISTRO

Lo primero es hacer un registro para conocer lo que Babalú va a comer, que siempre será:
1- Animal (dentro de los reglamentarios: guinea, gallo, palomas codornices o incluso sus animales de cuatro patas, si es chivo entonces se le da PERO NO VA A ITÁ.
2- Número de los animales (melli, meta etc…)
3- Carga de Babalú Ayé.
4- Camino (si se desea)
Definir el Ebbó Previo











II EBBÓ DE ESTERA

Invariablemente este Ebbó lleva:
1 mazorca de maíz.
1 huevo.
Granos.
Pan.
Tasajo.
Carne de cerdo con epó, vino seco y miel.
3 kilos.
1 pollo. En su defecto se pueden usar plumas.
Viandas.
Tierras que se hayan marcado.
*lo rutinario y algo más si lo marca.
Se hace igual que cualquier Ebbó rutinario, pero nada de lo antes mencionado se queda, sino que se va. Como en el Ebbó no se canta Metanlá los elementos se van llendo todos según su Oddun:
Eyioko: Viandas.
Oggundá:Carne con miel, epo y vino seco.
Eyorozun: Tierra.
Oshé: Huevos.
Obbara: Tasajo.
Oddy: Mazorca de maíz.
Eyeunle: Solo se canta.
Osá: Granos.
Ofún: se sopla cascarilla y se le echa al ebbó.
Eyilá: Solo se canta.
El pan va untado de epó, ekú, eyá awaddó etc… y va al fondo del makuto del ebbó que en vez de un paño u hoja de malanga lleva las hojas del maíz.
Se pregunta el Ebbó y se lleva a su destino.















CONSAGRACIÓN

III CEREMONIA DE EGGUN:

Siempre que se va a consagrar Babalú Ayé tiene que comer Eggun pues él es Olúo y Popó, se ofrece lo que Eggun pida.

IV OZAIN:

El Ozain de Babalú Ayé en Lucumí es muy, pero muy diferente al omiero que usan los ararás, porque nosotros no usamos algunos de sus ewes como el cundiamor. Babalú Ayé es Orisha Mayor y por lo tanto entre sus ewes no puede faltar: peregún, atiponlá, verdolaga, hierba fina, siempre viva o prodigiosa y el ewereyeye que simboliza salvación. Otras que se suelen utilizar son:
Mar pacífico
Framboyán.
Ceiba.
Laurel.
Crotos.
Escoba amarga.
Romerillo.
Cordobán.
Aguacate (morado mejor)
Coralillo
Quita maldición.
Sacu sacu.
Estas plantas son las más utilizadas porque con ellas se puede lavar Afrá y también echarlo a Shangó antes de su comida.
Lo primero es echar la hierba y luego de despalillarla se añade entonces un chorro de los aceites que pueden ser 7 o 17 según se tengan a mano. Con los ewes y el aceite se hace una mezcla, se revuelve todo y entonces se comienza a echar el agua de coco con vino seco –el agua común en lucumí no representa un tabú para el orisha- Terminado el Ozain se sazona la cazuela con:
7 ataré.
Epó.
Ekú, eyá y awaddó guamá.
Oñi
Vino seco.
Ashé de Orula.
Cascarilla.
Agua de río. (porque Oshún lo salvó y como Orisha mayor es Egbe quien lo resucita)
Agua bendita. (criollismo por sr un agua con valor espiritual)
Agua de lluvia (por la lluvia que envió Olofin para curarlo)
El amiero de Elleguá / Afrá lleva tres ataré y no lleva aceites ni agua de coco, lo demás es lo mismo y con ella se enjuaga Shangó.
Terminada de sazonar la cazuela se le da eyebbale de eyelé, que con ella se limpian los iguoros presentes en el cuarto, se lanza al techo y al otro día se lleva a un cementerio. Se da obbi a Ozain y si todo está bien se prosigue al lavatorio del diloggún de Babalú Ayé.
El lavatorio se hace en lucumí y se hace fonfo otí y fonfo omí, solo que luego de esto se usa agua de coco y vino seco y se enjuaga para hacer el agganá. Babalú Ayé solo habla una vez y por ello es muy normal que su diloggún se introduzca en la cazuela con sus secretos y se selle. Porque cuando él vaya a hablar lo hará por el diloggún de Yemayá u Oshún, ya que en metanlá su diloggún fue cosido a su boca como castigo.

IV AWÁN

Luego del Lavatorio lo primero es hacer el Awán, para ello se coloca la canasta con la tela blanca o de saco, hojas de maíz y se le pone un poco de tierra, los ingredientes del awán se colocan alrededor de la canasta y se coloca Babalú en su receptáculo frente a la canasta con una vela al costado – la luz se debe apagar-. Se comienzan limpiando los presentes en la casa y luego los iguoros, mientras se limpian se les pasa el ja por el cuerpo. Cuando se hayan limpiado todos los presentes entonces le toca al que recibe que irá echando todo lo que quede en los platos en el awán y echa un poquito a Babalú. Cuando llegue el plato con la carne de cerdo con miel, corojo y vino seco se lleva al que recibe a la puerta de la casa y se le pasa un por la espalda, al pollo se le da un cantazo con la puerta por la cabeza (como la guinea) y se le da para que lo lleve al awán donde los iguoros lo desmembrarán. La guinea se pasa por la casa y a los presentes y se le da al awán –se descuartiza por todos los presentes-. Terminado todo hay que lavarse las manos con la carne de cerdo con miel, vino seco y epó; se cierra el awán, se da coco y se pregunta el camino. Se pone el awán en la cabeza de todos los iguoros, cada uno da cinco vueltas alrededor de Babalú al terminar la pasa a otro iguoro -nunca se coloca en el suelo-. Llegado el turno del que recibe se le pone el wán con Babalú Ayé sobre el awán en la cabeza y dará sus cinco vueltas mientras los iguoros lo limpian con el ajá. El que recibe entrega la canasta al mandadero con un derecho dentro de la canasta. Cuando sale el mandadero se le va pasando el ajá, de regreso se le lavan las manos con agua de coco y vino seco y se echan tres chorros de agua luego de entrar a la casa; es decir en la calle.













V SACRIFICIO A ELLEGUÁ/AFRÁ (SI SE ENTREGA)

Se le da un pollo solamente y se le sopla vino seco y humo de tabaco, a este pollo se le sacan los iñales se cocinan y terminada toda la ceremonia de Babalú Ayé se mete en una canasta forrada con u hojas de maíz y se lleva a la calle donde es lanzado por todos los presentes. Cuando ya se haya vaciado la canasta hay que ir corriendo para dentro de la casa y no se sale más hasta el otro día.

VI SACRIFICIO A SHANGÓ.

Se le da un gallo grifo y se le explica que se va a consagrar a Babalú Ayé. Se sacrifica como de costumbre y siempre se culmina dándole coco para saber si quedó complacido con el sacrificio. Siempre es bueno ofrecerle una mano de plátano indio. Sus ashé se cocinan y va al mismo trono que Babalú ya que Babalú Ayé, Shangó y Elegba son inseparables.













VII SACRIFICIO A BABALÚ AYÉ:

Toda la comida a Babalú Ayé se realiza con la luz apagada. Lo primero es el animal de cuatro patas (SI LO PIDIÓ OBBALÚ) sino, se sacrifica el animal que escoja o todos pero con la siguiente jerarquía: gallo, paloma, guinea y codornices. La cabeza del gallo se deja dentro, así como la de la guinea. Cuando se vayan a sacrificar las codornices estas se les arranca la cabeza se tiran en la freidera y se tapan rápidamente con el yara yara (la jícara que tiene orificios. Se espera un poco mientras se entonan cantos y solo después se sacan. Esto se hace porque las codornices son tabú para los reyes de dahomey y no se les pude ver comiendo, tampoco se manipulan mucho pues estas son un manjar que no debe contaminarse. Cuando se culmina el sacrificio se le da obbi a Babalú para saber si quedó complacido, de ser así se procede a cargar el receptáculo de Babalú que lleva los iñales de los animales del Orisha crudos, las patas del gallo y la cabeza de guinea ó gallo, no se usa la de codorníz ni la de paloma (estas se pueden utilizar en la carga de Osun si lo pidiese). Posteriormente se cubre todo con tierra y esto se hace porque allí quedan enterradas todas las epidemias y ossobbos de este mundo; por ello es que las tierras que se usan muchas veces son las de posiciones donde habita ese mal:
Ashelú (policía)
Ofo y Aro (hospital)
Iña, Arayé y Acobbá (juzgado, esquina, ruinas etc…)
Ikú o fitiwó (funeraria, cementerio)
Y así con lo que se desee enterrar y que Babalú pueda evitar o quitar.
Se sella el Yara Yara y se adornan los orificios con las plumas del guineo de awán y plumas de los animales sacrificados, así como confeccionar una corona que viva con Babalú, porque fue rey en Ketú.
Es costumbre que los cuerpos de los animales se coman en una estera frante a Babalú o brindarla a enfermos y mendigos, animales vagabundos etc… Antiguamente se buscaban ancianos y mendigos y les hacían servir como si fuesen señores, con mesa, mantel, servilleta etc… Esto es un Ebbó Alafia, ofrenda de paz y muestra que cuando usted desprecia al mendigo, al desvalido y al débil es al mismo Babalú a quien usted está despreciando, icluso se les daba un derecho por participar, pero esto ha ido cambiando.
El trono de Babalú se hace con mucho coralillo y mariwó.

VIII OSUN DE BABALÚ AYÉ

No todas las casas de Osha Lucumí lo entregan, es algo propio de los ararás (¿) que hemos hecho nuestro, porque cierto es que todo Orisha tiene su Ozun, El de Babalú está rematado por un perro y en su carga se pone:
- La medida del tobillo a las rodillas (con un hilo de saco o cuerda).
- Tierras de diferentes posiciones.
- Ewe del Ozain de Babalú Ayé.
- Epó, ekú, eyá, awaddó guamá.
- Otí kan.
- Granos.
- Cascarillas.
- 7 ataré.
- 7 ewereyeye.
- 1 kilo prieto.
- Añil.
*Come lo mismo de Babalú Ayé, esta carga se aplica a los ja, bastones y cachá de Azowano.

X CAMINOS DE BABALÚ AYÉ
Como he explicado anteriormente, Babalú Ayé en sí no posee caminos, tampoco se conocen nombres en Arará; esto aunque está bien definido no escapa a que; considerando las grandes lagunas ceremoniales y características del Orisha cada Casa LUKUMÍ pueda consultarle el camino u avatar como forma de expresar laa cualidades particulares de la vía de culto.
Hoy en día la lista de caminos de Obbalú Ayé es muy extenso, va a más de setenta, considerando que realmente considerados y descritos son solo unos pocos que describo a continuación:
1- AZOWANO/ AZOYÍ: Es amigo inseparable de Shangó y nace en el oddun Metanlá, caminó por toda la tierra Yoruba hasta asentarse en Dahomey donde lo hicieron rey, por ello va en un pilón idéntico al de Shangó pero rematado por cuatro elefantes (símbolo del Reino de Dahomey) o cuatro reyes que representan las cuatro tierras : Arará, Dahomey, Mahino y Ahikón. Otros colocan los cuatro reyes y cuatro bolas representando naciones: Añoro, Popó, Sabalú y Abomey. Shangó lo llevó hacia la tierra Arará y le dio el poder de la dominación del fuego, mediante el cual mata y salva. Sus colores son los mismos de Azowano: rojo tierra y negro que son las banderas de algunos templos propios. Azoyí es el mismísimo Azowano, porque algunos dicen “Azoooo”y esto es porque Azo bien quiere decir rey o bien epidemia, pero su título es de respeto. Este para algunos lleva un hacha en recordación a su antigua tierra “Oyó” donde Shangó es rey y su mayor colaborador. Visita mucho la ceiba, además de del uso del bastón también se le pone un cayado bien de metal o bien de madera; las puntas de este cayado rematan dos cabezas de serpientes. En Metanlá habla de que anda con un cráneo humano en la mano y en el mismo oddun nos habla de Da Sodyi que para poder unificar el territorio declaró la guerra a los cuatro reyes de Igoroto y se confeccionó un trono con sus cabezas. Su carga regularmente, lleva lerí de etú porque en Dahomey el símbolo de la realeza es la etú, como mismo para el Yoruba es el Pavo Real. Cuando come cuatro patas hay que ponerle la lerí aunque en el Ebbó luego de hablar por Yemayá no la pida. Dicen muchos que es el padre de los demás Obalú, pero lo cierto es que tanto en Lucumí como en Arará él es el mismísimo Azowano. Su collar es 17 carmelitas color tierra casi rojas y 7 negras, o matipó carmelitas y azabaches. Azudo es muy parecido a este, pero no son iguales.
2- AYANO: Este es el Rey de las enfermedades, a este fue al que le echaron agua diciendo que se llevara lo malo y es una gran verdad pues no hay enfermedad que este no recoja en su ja y luego la transporte, bien a otra persona o bien lo azote contra la tierra para enterrar el mal. Tiene mucho que ver con Yemayá y Naná Burukú, a este Obbalú Ayé fue al que Yemayá le quitó el habla, es más Oyó que Aarará y por eso su collar es el más popular. Habla en Oddi y lleva siete otás chinas pelonas. Ayano fue el que pactó con Ikú para que la enfermedad llegara al mundo y luego Ikú tomara los cuerpos. No hay mal que se le resista. Está condenado a no poder mirar el mar, pues se dice que Yemayá lo maldijo, y es el padre de Oddy, que sí se habla en el diloggún pero lo representa Yemayá. Oddy es cielo, mar y tierra y por ello toda enfermedad que habite en cielo, mar y tierra le pertenece. Hay versiones que cuentan que el agua salada de Yemayá le curó las llagas y otros hablan que al revolcarse en la arena, el diente de perro y la sal se enfermó tanto que prometió más nunca mirar el mar y ser Yemayá quien tome parte por él. Su collar es 17 azules con rayitas blancas y siete rojas. Su oddun compuesto es 13-7 donde explica el por qué habla a través de Yemayá. Su comida es el gallo.
3- ALUÁ: Es todo negro, le dicen “carbonero” por el color de su traje y vestimenta, otros nos hablan de que es manco, carece de ambas manos. La realidad es que este es príncipe y solo sale de noche. El color negro en Dahomey y Nigeria es relacionado con la muerte, todo lo lleva doble porque doble es su poder como Ikú y como Eggun, usa corona de cuentas y en Matanzas se le pone sombrero. Es el que cubre todo con el paño de la muerte y es un ser doble, es el único que pacta con Ikú y siempre anda lleno de Eggun que maneja a voluntad, nace en Ofún y todo lo come negro. Es el que cubre los fallecidos con su capa y uno de sus ja es blanco y otro negro, porque con uno mata y con otro salva. Anda en los cementerios y por ello preside el proceso de la sepultura o el fallecimiento humano. A pesar de este poder no es un camino viejo, sino que es jóven. Come gallo blanco y si se le diera chivo a este no se le puede dar muerte por cuchillo ( como a ninguno) solamente se le dan hierbas secretas y se cubre de manto negro y una vez muerto se coloca en la fosa (ESTO ES SOLO EN ARARÁ, ESTA ES SOLO UNA INFORMACIÓN EN LUKUMÍ OBBALÚ AYÉ SEA COMO SEA TIENE  SU RITO PROPIO) Tiene un perro manco, ya que siempre tiene criaturas deformes, causa terror a los caminantes porque es una sombra, la sombre de Ikú y Eggun que camina con él. Simboliza el rito del ituto donde se coloca el paño blanco y encima el negro. Su collar es 17 negras, 7 negras de rayitas blancas o simplemente todo de negro.
4- AFIMAYE: Este es Rey para muchos ararás porque es el que se encarga de contener en su receptáculo el alma de los “caballos de Azowano”. Su collar es 17 azules con rayitas negras, 3 carmelitas, 1 azabache y tres negras. Come gallo colorado y guinea. Vive entre las matas de calabaza y tiene la capacidad de dar dinero a quien se lo pide. Es viejo y jefe de los dahomeyanos, sobre todo de los Mahinos. Lleva bastón curvo, pilón, y porrón. Su atención es muy parecida a la que se le da a Azoyí con la diferencia de que este no es tan guerrero y colérico como el otro, por ello es que le dicen que es “abogado” porque es el que dirime quién merece o se “busca” su enfermedad y quien no la merece o a quién se le debe quitar. Es un Rey justo.
5- ALIPRETI: Vive bajo la tierra y es el dueño de esta, por ello dicen que es el que mide los caminos “agrimensor”, su culto es muy parecido al culto de Orisha Oko, pues este cultiva sus alimentos, está muy ligado a Oyó por Yemayá y su collar es 17 azules, 3 negras, 1 azabache, 3 negras y 17 azules con rayitas blancas. Dicen que este es más afable y que ayuda a prevenir las plagas que adquieren los tubérculos y demás frutas y vegetales, su poder es muy fuerte pues contagia mediante todo lo que entra a la boca, por donde mismo casuísticamente cura enviando beberajes.
6- KAKE: Siempre anda lleno de perros, él mismo vive a la manera de los perros, por su falta de habla ladra y gime como un perro. Cuando alguien quiere ser probado envía un perro bien enfermo a la puerta de la casa mientras espera ver que pasa, con sus dientes afilados, si uno se compadece, se dice que cura las piernas y salva a la persona de lo que sea, pero si desprecia al animal se dice que con su boca arranca las partes del cuerpo; es un “amputador” salvaje que vive desnudo en medio del monte. Su oddun es metanlá ojuani. La mitología dice que es mitad hombre y mitad perro. Cuando este camino se hace presente nunca a esa persona le debe faltar un perro, porque ese Azowano lo quiere a usted como un perro a su “amo” y lo defiende de lo que venga, hasta de Ikú, se le pone en su carga huesos de perro y como addimú le gusta la ternilla y los huesos de los animales que por supuesto hay que dárselos a sus enviados. Su collar es 17 negras con rallitas blancas, 1 azabache y 17 negras, muchos dicen que siempre anda con Alúa o que es el mismo Alúa. La realidad reside en que él y Alúa son hermanos y de ahí deviene el doblez de Alúa, para otros es el perro con el que anda Alúa en las noches.
7- USUNIKUÉ: Este es hechicero, brujo entre los brujos; se dice que es el adivino y que mediante su poder puede mover los demás elementos de los restantes Babalús. Lleva bastón y una escoba forrada con las cuentas todos los caminos (parecido a Ozain). Su collar es 17 rojas con rayitas en blanco y un azabache. Come gallo, paloma, guineo y codornices.
8- AZUDO: este se dice que está infectado de la piel y que anda con una guadaña. Su collar es 17 negras y siete carmelitas. Es el primero de los hijos de Da Sodyi. Nació deforme y lo enterraron en un hoyo, pero demostró su valía cuando salvó al pueblo cargando él con las deformidades del pueblo, se le relaciona con los defectos físicos causados por epidemias.
9- DOKUNABBO: Hace referencia a un príncipe de Ketú (¿?) no está clara su historia ó patakín.  Su collar es 17 negras con rayitas blancas, 3 azules con rayitas blancas, 1 azabache y 3 azules con rayitas blancas.
10- SUJJÚ: Vive en la basura, es allí donde recibe las ofrendas. Su collar es 17 rojas con rayitas blancas, tres azules y un azabache.
11- LOKUÓN (¿?): Su collar es de 17 carmelitas y siete azules con rayitas blancas.
12- SOKUTA (Sakpata): 17 azules y 7 rojas con rallitas blancas.
13- BARA ARIBBÓ: 7 carmelitas, una negra y 7 carmelitas.
14- BOSUJÓN: Este es muy de temer, mató a sus hijos y los enterró, luego se quitó la vida y se sepultó junto a ellos. No le gustan los niños y por su alrededor no puede haberlos, debe vivir enterrado directamente en la tiera y rodeado por piedras o ladrillos.
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